No llenes tu vida con cosas, porque pesan mucho, ni las llenes sólo de experiencias que como nubes pasan, ni de esa gente que te llena la casa, pero termina dejándote solo; ni la llenes con dinero, pues ese será su precio, llénala de Dios y tendrás amor, paz, protección, satisfacción, salud y más que riquezas, bendiciones. Con Él tendrás un amigo, un consejero y un Padre.
Recuerda que el gozo es esa fuente del corazón que fluye cuando la mayor riqueza del alma es el deleite por las cosas sencillas, esas que florecen sin esfuerzo en el corazón, porque justo entre los surcos de las pisadas de nuestro Buen Pastor, ¡se afirman las semillas de nuestra felicidad! Su presencia hace florecer nuestro mundo con amor.