Quedé impactada leyendo Apocalipsis 21:8 cuando dice que “los cobardes e incrédulos” encabezaban la lista de quienes no entrarán al reino de Dios. Cierto, Él no nos ha dado espíritu de cobardía sino de poder, amor y dominio propio.
No quiere vernos huyendo de nuestro propósito, ni evadiendo responsabilidades o callando cuando debemos hablar. Tenemos su mismo Espíritu y debemos esforzarnos y ser muy valientes en todos los aspectos y temporadas. Cuidado con elegir el camino del ego, la propia seguridad o del bienestar, dejando de lado la sensatez, el amor y la bondad. Los malos no lo piensan dos veces, los obstinados aceleran siempre. Cuando tu osadía te define tu fe te refina, entonces no seas tan correcto que termines siendo insensato ni tan cobarde que parezcas insensible.