Se oye sencillo pero estoy consciente de que no lo es, confiar como niños el cuidado de nuestra vida, soltar la autosuficiencia, entregar las cargas, deponer la venganza, soltar el control, no manipular los resultados y más, para lanzarnos como niños juguetones en sus brazos es el gran desafío, no obstante, quedan dos cosas, o le creemos para lanzarnos o las corrientes nos empujan al acantilado. Su cuidado es tu garantía, tu spa, tu refugio.
Descárgate de todo y recárgate en su amor, Él es la fortaleza de los siglos, la esencia misma de la ternura. Créele y deja de limitarte, mira al cielo y descubre su corazón, que aquel que hizo las estrellas ha escondido una en el tuyo. Porque el amor que reposa en la confianza florece en la paciencia.