No busques el amor ni en los hombres ni en las estrellas, pues Dios lo puso dentro de ti. El amor no se hizo para darle luz a nuestra vida sino para impedir que andemos por ella a oscuras.
No trates de buscarlo, encuéntralo donde crece, como la flor del camino, entonces camina sin pisotearlo. Amor es conocer lo oxidado, cultivar lo oculto, cuidar lo ingenuo, proteger lo guardado en el altar supremo, lo que no habitó en palabras insulsas ni fue árbol parásito del huerto.
Es recuerdo arropado bajo los párpados, que se proyecta en la noche taciturna del alma… El amor llora mientas persiste y se ensancha con cada herida para burlarse de los dolores injustos de la vida. Tiene su tiempo para florecer y su hora para madurar.