A cada persona le toma un tiempo diferente el discernir corazones y pensamientos, las personas, aun las mas virtuosas en apariencia suelen desarrollar mecanismos de engaño, doble moral que en mascaras en poses faciales y actitudes, otros se esconden en una religión haciendo daño consciente o inconscientemente a quienes tienen una fe pura, pero no madura… Si hay algo que impide que desarrollemos ese discernimiento a prueba de los “cara dura” es la falta de experiencia o nuestra noble intención de darles el beneficio de la duda. Ellos no son sus palabras, no sus logros, son sus objetivos engañosos. Olvidan que Dios sacará a la luz aun las intenciones del corazón y podrán quedar en vergüenza. No siempre podremos quitarles la máscara, pero si cubrirnos el corazón.