Has estado preguntándote por qué tanto esperar por una promesa. ¿Para qué Dios te hace pasar por tantos laberintos? ¿Cuánto más debe suceder para ver lo que esperas? Pues te diré que en los lugares estrechos caben muy pocos, los esenciales, ellos te aman por quien eres, y por quienes son cuando están a tu lado, nada que ver con lo que haces, tienes o tendrás, tu potencial les importa nada!
Dios te está preparando porque adonde vas, no sujetarás esa holgada paz que ensancha el alma, sin primero hacer tuya la experiencia que te sujeta a la cima tambaleante y te mantiene en equilibrio en el ambivalente mañana. Recuerda que la adversidad prueba al fuerte, la escasez al fiel, la abundancia al íntegro y el poder al justo.