Las vidas al borde son un estilo de vida que no forma parte ni del centro, ni del abismo. Están sostenidas en aplausos sin rostro, en “amigos de estación” y en la astucia de ciertos gurús que en verdad son “magos” haciendo de la apariencia algo real; aduladores temerarios, creyentes de sus fábulas. Sus enfoques no son más que el punto de equilibrio de un acróbata, tratando de romper un récord que reflejará su verdadero impacto en una tabla de laboratorio o en el corte en zig zag de un estado bancario. Tenemos sólo una vida, vivámosla sabiamente, un día a la vez. Dios está disponible para cada uno de sus 86,400 segundos, con Él nunca caerás. Equilibrio exterior es inteligencia divina gobernando nuestro hombre interior.