Con un título cuasi poético, hoy, día de San Juan, que en el calendario del medio ambiente se señala como el de las mariposas amarillas que llenan nuestros campos, celebramos el resurgimiento de la esperanza en las alturas de Constanza y Jarabacoa. El Ministerio de Medio Ambiente “volteó pa’rriba” para apoyar una lucha titánica de los que propugnan por la conservación del medio ambiente en desigual lucha y con escaso apoyo. Se celebró el pasado jueves, por iniciativa del Ministro de MA, Miguel Ceara Hatton, un conversatorio en el que se destacaron el alcalde de Tireo, Paul Piña, y el de Constanza, Francisco Antonio Marte y funcionarios del Ministerio, que delinearon planes, intenciones y compromisos que han de potenciar un largo y costoso proceso de regresión al pasado ecológico de la región alta de La Vega. Destacados munícipes y notables directivos de Asociaciones que por años han denunciado el deterioro de esas áreas naturales degradadas. En la nota de prensa del Ministerio se destacan los funcionarios, y se omiten los nombres de la que harán posible la materialización de las intenciones oficiales. El involucramiento de la población en esa noble iniciativa es la única garantía de su éxito. Se abordó la compleja problemática de Constanza, en relación con los ríos Pantuflas, Constanza y Río Grande con su particular situación con características propias. Las aguas de esos ríos, al abandonar el valle e iniciar su camino hasta otras vías mayores, lo hacen como una letrina en movimiento, al convertirlos en cloaca de descomunal tamaño y perverso daño. “Laigalo ai río, jondealo a la cañá, tíralo Jaida abajo, que’so se desaparece”, parece ser la cultura de la mayoría de los munícipes. Se requiere de un costoso sistema de recolección de aguas negras hacia un punto de tratamiento para procesarlas antes de verterlas a las aguas de escorrentía hacia zonas más bajas. La Piscina, antiguamente balneario de Constanza, es hoy un depósito de aguas negras, receptor de inmundicias y residuos de todas clases. Tireo y su río construyen un ecosistema con problemática diferente, al haberse sobre explotado el agua que se genera en la cuenca alta, al extremo de que se construyó una presa para generación de electricidad alimentado por este, que no cumple con sus objetivos por la brutal reducción de su caudal. Invasión de los límites legales del río, desvíos caprichosos de sus aguas, pozos dentro del mismo río, sobrebombeo y el uso desordenado y sin control, han degradado este río hasta lo ridículo. Pone a los ecologistas en tremenda disyuntiva de tener que “pelear” con sus amigos y a veces parientes, que se consideran dueños absolutos del río y de sus aguas. Son esos mismos agricultores los más perjudicados ante este descalabro, por la explotación irracional de sus aguas, deterioro del área boscosa que protege su cauce y el daño a sus acuíferos.