Las relaciones comerciales de República Dominicana con el vecino Haití, si bien han sido fructíferas, también son cada vez más impredecibles y volátiles, particularmente en el último año de crisis.
Estas se han caracterizado por repentinas y antojadizas trabas y prohibiciones de entrada a territorio haitiano a determinados productos procedentes de la República Dominicana, violaciones frecuentes y sin justa causa al memorando de entendimiento sobre relaciones comerciales firmado en el 2014 entre ambos países, vulneraciones de acuerdos internacionales firmados por Haití y República Dominicana ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) con regulaciones para el intercambio de mercancía, entre muchas otras cosas.
Todo esto sin dudas perjudica a un grupo importante de comerciantes y transportistas dominicanos. Sin embargo y tal como lo ha señalado en varias ocasiones la Unión Europea, el mayor impacto negativo lo recibe el propio pueblo haitiano consumidor de los productos dominicanos pues se ve afectado por el encarecimiento de bienes tan esenciales como el pan, el maíz, la harina de trigo, los aceites comestibles, el cemento, el detergente, entre otros, lo que resulta en un duro perjuicio para personas con tantas necesidades.
Y generalmente esto sucede con frecuencia debido a la falta de transparencia y honestidad con que tradicionalmente se han manejado algunas autoridades en un país fallido, sin institucionalidad, pero con mucho entusiasmo para utilizar cualquier mecanismo para presionar a la República Dominicana con el tema migratorio.
Al margen de las razones, este tipo de comportamiento por parte de las autoridades haitianas se ha hecho habitual, lo que indiscutiblemente aleja la posibilidad de reactivar el diálogo diplomático pero además hace muy inestable y quebradiza toda relación comercial.
Por tales motivos, hace tiempo que los comerciantes dominicanos debieron prestar atención a la atinada sugerencia del Banco Mundial y explorar nuevos mercados para los productos criollos de exportación.
Aunque sea más fácil decirlo que hacerlo debido a numerosos factores que muchos ignoran como las inversiones y esfuerzos que se requieren para superar barreras técnicas al comercio, entre otras cosas, las circunstancias obligan a hacer los sacrificios necesarios conducentes a algo que en el mediano plazo dará más estabilidad a los exportadores dominicanos y en el largo plazo probablemente les garantice incluso mayor rentabilidad.