Las Vegas, Nevada ( EE. UU.) Reinaldo Pared Pérez, mi caro amigo, inolvidable compañero de aula cuando éramos estudiantes del cuarto de Ciencias Físicas y Matemáticas en la Academia Renacimiento (nos graduamos de bachilleres en julio de 1974), se ha ido de este pícaro mundo. Se fue sin avisármelo. ¡Qué tragedia!
Y, además, su muerte ocurrió en una rara circunstancia. Cuando supe de su fallecimiento, el pasado jueves 28 de octubre, estaba abordando un avión que me llevó a Nueva York para una escala técnica de tres días antes de emprender viaje a esta ciudad donde me encuentro.
Vine a Las Vegas a cubrir todo el proceso del combate que este sábado protagonizarán Saúl “Canelo” Álvarez, de México, y el estadounidense Caleb Plant.
Caramba, leo y leo. Vuelvo a leer los diarios digitales que trajeron la triste noticia de la muerte de mi viejo amigo, pero todavía estoy impactado.
Carajo, y pensar que no pude estar al lado de su ataúd y abrazar a sus hermanos (Sigfrido, Carlos y Rienzi Pared Pérez) e hijos, así como a su madre, doña Milagros y a su amada consorte Ingrid Mendoza. ¡Me embarga la tristeza!
Tras segundos de conocer de la ida de mi gran amigo, de inmediato vino a mi mente la mítica canción del estelar cantante argentino Alberto Cortez quien compuso -y cantó- bajo el título “Cuando un amigo se va”. Cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no puede llenar la llegada de otro amigo”.
Es justamente lo que ha pasado con la sentida muerte de Reinaldo Pared Pérez quien durante siete años se desempeñó como presidente del Senado de la República.
Además, fue un sacrificado dirigente político que ocupó el cargo de secretario general del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Reinaldo Pared Pérez, siempre solidario, amigo sin media tintas… nunca fue practicante de la demagogia y mucho menos de la falsía.
Tampoco en él se vieron visos de la hipocresía, negativa actitud que norma a muchos de nuestros dirigentes políticos.
Oriundo del barrio San Carlos -también mi barrio- nos deja una impronta de calidad profesional, talento al más alto nivel tras su paso por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde se graduó de abogado con honores y posteriormente trabajó como catedrático.
Reinaldo Pared Pérez, te has ido de este mundo terrenal. Tus amigos nunca te olvidaremos, pero además -que nadie lo dude- tu don de gente quedará impregnado por los predios dominicanos hasta la perennidad.
¡Adiós mi caro amigo!