David huía de la locura de Saúl y se refugió en la Cueva de Adulam, que precisamente significa refugio. Solo, lleno de interrogantes por su futuro, forzado a irse lejos de los suyos, no iba a permitir que las circunstancias por difíciles que fueran endurecieran su corazón. Se determinó a mantenerse humilde, sumiso y sobre todo quebrantado de corazón.
Cuenta el relato bíblico que “se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.”
Si seguimos leyendo el relato nos damos cuenta de que de esos hombres amargados en espíritu y endeudados es que salen los valientes de David.
Al igual que David, el presidente Danilo Medina desde el inicio, desde antes de llegar a Presidencia sabía que los pobres no eran mala paga, que si se le mejoraban las condiciones de vida podrían honrar sus deudas porque lo más preciado para una persona es su nombre.
Para nadie es un secreto que antes del 2012, en nuestro país, el mayor castigo que recibían los pobres dominicanos era la insensibilidad de sus gobernantes, que pretendían compensar, cual si fueran padres irresponsables, la falta de cariño, de afecto, de cercanía y de tiempo de calidad con la construcción de grandes obras.
Los pobres se quedaban oliendo donde guisan, desprovistos de una política social que los redimiera, abandonados a su suerte en la ciudad y en el campo.
Cuando decimos que en República Dominicana crece y se democratiza significa que tal como planteaba recientemente el portavoz del gobierno Roberto Rodríguez Marchena, con la llegada al poder de Danilo Medina se instala un nuevo paradigma del gasto social como dinamizador de la economía.
La Revolución Educativa, las visitas sorpresa, el 911, el programa de titulación, están creando una sociedad cada vez más justa, participativa e incluyente.
Hoy muchos de esos hijos de Machepa que andaban endeudados y cabizbajos andan con la frente en alto, pues ya tienen su propio negocio. Con Banca Solidaria se ha impactado a más de un 1 millón 150 mil personas y se han financiado más de 386 mil micros y pequeñas empresas con una inversión superior a los 18 mil millones de pesos.
Las palabras de Domingo Amancio, productor de cebolla de Vallejuelo, durante el lanzamiento del Programa de Transformación y Reconversión Agrícola de esa provincia, representan el sentir de miles de dominicanos
“Gracias Presidente por recordarse de los hijos de Machepa, los hijos de nadie”, expresó Domingo Amancio.
Estos hijos de Machepa que antes andaban cabizbajos y endeudados son los que hoy, con su esfuerzo, alegría y entusiasmo están construyendo la patria, liberando a nuestro país del analfabetismo y contribuyendo a que muestra economía sea una de las de mayor crecimiento en la región y que siga siendo uno de los destinos favoritos para millones de turistas en el mundo.