Por muchos años, hemos anhelado y reclamado con urgencia la puesta en marcha de nuevas políticas de gestión y valores que transformen nuestros cuerpos policiales y que esas prácticas garanticen el bienestar de los estados de derecho de todos los ciudadanos.

Desde el año 2021, el gobierno anunció el inicio de la tan aspirada reforma y el gran reto es que ese proceso termine bien y que el país finalmente cuente con un cuerpo policial que responda a las necesidades de su gente.

Hemos sido testigos de muchos intentos para mejorar o cambiar la vieja gestión y al final seguimos en la misma batalla, con más de lo mismo. Esperamos que esta vez sea diferente.

La pasada semana, el presidente Luis Abinader juramentó por decreto a los cinco empresarios que conforman el consejo consultivo para la reforma, en lo que respecta al diseño del nuevo modelo de gestión y administración de la Policía Nacional. Esta medida había sido anunciada, precisamente, en octubre de 2021.

En ese consejo vemos a Celso Marranzini, Pedro Brache, Elena Villeya, Marisol Vicens y Ramón Ortega. Ellos son reconocidos empresarios de larga data con experiencia de sobra para aportar y ser veedores de los procesos administrativos y financieros que pondrá en marcha la nueva gestión policial.

Este es un gran paso de avance, porque estamos hablando de que habrá manejo con transparencia de los fondos destinados a los cuerpos policiales y al desempeño de su labor.

También de que el dinero presupuestado iría en aportar mejoras tangibles que robustecen a la institución del orden público, y no menos importante es que el pueblo las vea y las perciba, como son: la educación de sus miembros, disciplina, poder de decisión en casos de emergencia y de conflictos con la ley, salud mental, mejores condiciones laborales, respeto en doble vía, entre otros detalles.

La actual ministra de Interior y Policía, Faride Raful, ha mostrado gran interés en que estos cambios se produzcan en su totalidad, y lo ha reiterado cuando habla de la necesidad de tener una Policía transparente, honesta, honorable y entregada a sus deberes llevando paz y tranquilidad a cada hogar dominicano.

Este es un gran reto para ella como profesional y como mujer, pero también un gran reto para cada ciudadano que también debe cooperar y ser partícipe de las acciones que se manejan desde el ministerio de Interior y Policía en favor de la seguridad ciudadana.

Por el momento, el gobierno creó esta comisión, se hizo un rediseño de uniformes, se han estado impartiendo capacitaciones y reconocimientos al trabajo en desempeño, algunas mejoras salariales de acuerdo con el grado, y la creación de un régimen de consecuencias.

Ojalá y algún día podamos celebrar esos cambios en la Policía, porque los dominicanos merecemos tener instituciones robustas y transparentes que garanticen los derechos de las personas.

Además de que la mayoría nos resistimos a continuar teniendo una Policía corrupta, metida en actos delincuenciales, depredadora del erario. La gente que trabaja y paga impuestos está harta de uniformados sin educación portando armas para matar, de policías muertos de hambre, petulantes, altaneros y toscos. Es hora de cambiar esos estereotipos de una vez y para siempre.

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