En otras entregas que he producido para la publicación de mis artículos en este prestigioso periódico (elCaribe) he manifestado mi participación en el Catecismo Católico Cristiano que se impartía en el asilo que dirigen las hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha quienes por sus consejos me encaminaban a los estudios sacerdotales y en 1949 ingresé al seminario cristiano Santo Tomás de Aquino. Sor Antonia Deber y su directora, la hermana Sor Angélica Domínguez, me ilusionaron para que fuera sacerdote y en el que hice como compromiso y cuya amistad se mantiene con mi compueblano, vecino y amigo monseñor Antonio Camilo, exobispo de la Diócesis de La Vega Real; monseñor Nicolás de Jesús, cardenal López Rodríguez, cuya exitosa labor es aplaudida y aprobada por el pueblo dominicano y monseñor Jesús de Jesús Moya y exobispo de San Francisco de Macorís manteniendo con ambos exobispos de esa importante diócesis cibaeña.
Recuerdo que en las clases de Catecismo, la madre directora Sor Analia Deber, que espero esté disfrutando de la gloria celestial, lanzó la siguiente pregunta: ¿Qué es la transustanciación? Sobre lo cual nos hizo las explicaciones de lugar, algunas de las cuales quiero revelar como las siguientes. El catecismo de la Iglesia Romana define esta doctrina en su sección 1376:
“El Concilio de Trento resume la fe católica declarando: “Puesto que Cristo nuestro redentor dijo que era verdaderamente su sangre la que se ofrecía bajo las especies del pan, esta siempre ha sido la convicción de la Iglesia de Dios, y este santo Concilio lo declara nuevamente ahora, que, por la consagración del pan y el vino, se efectúa un cambio de toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y toda la sustancia del vino en la sustancia de la sangre. A este cambio, la santa Iglesia católica le ha llamado justa y apropiadamente la transustanciación´.´
En otras palabras, la Iglesia católica romana enseña que una vez que un sacerdote ordenado, bendice el pan en la Cena del Señor, este se transforma en la misma carne de Cristo (aunque retiene su apariencia, olor y sabor del pan); y cuando él bendice el vino, este es transformado en la misma sangre de Cristo (aunque retiene la apariencia, olor y sabor del vino). ¿Es bíblico este concepto? Hay algunas escrituras que, si se interpretan estrictamente en su forma literal, indicarían que la presencia de Cristo ´´está realmente´´ en el pan y el vino. Como ejemplo tenemos a Juan 6:32-58; Mateo 26:26: Lucas 22:17-23; y 1 Corintios 11:24-25. El pasaje que se señala más frecuentemente es Juan 6:32-58, especialmente los versos 53-57, ´´Jesús les dijo: De cierto, os digo: Si no coméis la carne del hijo del hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí”.
Los católicos romanos interpretan este pasaje literalmente, y aplican este mensaje a la cena del Señor, al cual ellos llaman la ´´eucaristía´´ o ´´misa´´. Aquellos que rechazan la idea de la transustanciación interpretan la idea de las palabras de Jesús en Juan 6:53-57 figurativa o simbólicamente. ¿Cómo podemos saber cuál es la interpretación correcta? Pero, a Dios gracias, Jesús hizo excesivamente obvio lo que Él quiso decir. En Juan 6:63 declara, “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. Jesús establece específicamente que sus palabras son ´´espíritu´´.
La transustanciación
No hay un momento más solemne o sagrado en la vida de la iglesia que la celebración de la Cena del Señor. Se le llama también la eucaristía, porque durante esta comida tiene lugar un encuentro especial entre Jesús y su pueblo. En ese momento Jesús está presente con nosotros de una manera singular.
La pregunta es: ¿Cómo puede Cristo estar presente con nosotros en la Cena del Señor? Esta pregunta ha sido motivo de controversia sin fin entre los cristianos. No solo ha sido una cuestión de contienda entre el protestantismo y el catolicismo romano, sino que también ha sido una arena de conflicto que los líderes de la Reforma-Lutero, Calvino y Zuinglio-no pudieron resolver entre ellos.
La Iglesia romana católica enseña la doctrina de la transustanciación. La transustanciación significa que durante la misa tiene lugar un milagro por el cual la sustancia de los elementos ordinarios del pan y del vino se convierte.