República Dominicana es uno de los países que han tenido que afrontar mayores dificultades para alcanzar los niveles de crecimiento y desarrollo que ahora exhibe, debido a que después del cese de la tiranía, la clase política no ha sido lo suficientemente coherente para ponerse de acuerdo en los temas relativos a los intereses nacionales y a la soberanía nacional.
Incluso, gran parte de los grupos económicos y sociales, sobre todo aquellos surgidos a costa del ejercicio de la política, tampoco ceden para hacer posible un país conformado por grupos sociales con más oportunidades, mayor compromiso económico y social y, con la capacidad y decisión de concretar un verdadero proyecto de nación.
En la presente gestión del presidente Luis Abinader resurge el dilema, debido a que parte de los intereses oficiales y la oposición, casi en la totalidad, no se abren a las iniciativas que no surjan de sus portafolios para no otorgar el crédito a quienes se atreven a acometer y tratar de hacer realidad los cambios que necesitamos, las garantías sociales, un país menos invadido por intereses foráneos y poner un alto a la lujuria política.
El gobierno actual ha presentado ante el Poder Legislativo una serie de proyectos de reformas que deben ser considerados, consensuados, debatidos en los aspectos más delicados, pero asumiendo el criterio de cambiar para crecer y dejar de lado los intereses particulares y las ganancias partidarias.
Hay que recordar que primero somos dominicanos, luego empresarios, industriales y políticos y si el país, definitivamente camina hacia el caos, nadie tendrá la capacidad de saltar el muro sin caer en el abismo.
Empresarios, políticos, legisladores, gente común en expresión de pueblo, es tiempo de ver con certeza por el ojo estrecho de la cerradura, para saber qué hay detrás y prevenir el caos.
Apelamos a la comprensión de las partes, de los sectores con decisión para seguir avanzando como país y la Estrategia de Desarrollo marcó la agenda para lograr los objetivos de una nación con desarrollo sostenido. Seamos dominicanos ahora y saquemos lo mejor del horno de las reformas. ¡Es tiempo de avanzar!
El autor es periodista y abogado,
Pasado presidente de la Asociación Dominicana de Profesionales de las Relaciones Públicas (Asdoprep), Consejero Permanente, Emérito y titular de la Confederación Interamericana de las Relaciones Públicas (Confiarp).