Sin lugar a dudas, detrás de la canalización de río Masacre para aprovechamiento exclusivo de Haití, asesinatos selectivos, el boicot a instituciones oficiales y la arrabalización de las principales vías del país, hay manos oscuras, cuyo objetivo principal es derrumbar la imagen de la nación y los avances obtenidos, pese a la pandemia y a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Decía Philips Lesley: “Es más fácil construir diez imágenes nuevas que levantar una caída” y eso es lo que procuran los enemigos internos y externos de la dominicanidad. Esos verdugos, con el auxilio ignorante de muchos políticos que ponen sus intereses personales y partidarios por encima de la nación, hacen de todo para alcanzar su propósito, aprovechando el clima de campaña electoral.
A esto se suma el silencio cómplice de la comunidad internacional en su afán de unificar la isla, que buscan cargar a los dominicanos de los males de Haití, y derrumbar no solo la imagen, sino también los presupuestos de la nación.
El desarrollo del turismo y la macro economía, aun con las secuelas de la inflación, es una realidad alcanzada en la crisis generada a partir de la pandemia del Covid-19, incluso la aproximación a los 10 millones de visitantes, aterra a otros destinos que hacen campañas resaltando los niveles de violencia, criminalidad, racismo y otros valores negativos que, real o falsamente, se registran en el país, para ellos sacar ventaja.
La buena imagen de un país es muy importante porque trae tranquilidad y confianza a sus habitantes y atrae a visitantes e inversionistas que, de una u otra forma, contribuyen a su desarrollo y con ello a una sociedad con mejor calidad de vida.
El Gobierno no puede mostrar debilidad ahora y debe mantener cerrada la frontera hasta que se respeten los convenios, acelerar las repatriaciones encabezadas por autoridades, no por militares negociantes y demostrarle a Haití y al mundo que en la parte del este de la isla hay un país de hombres y mujeres patriotas, que pueden sobrevivir sin ese fatídico comercio y disfrutar del clima de paz que antes teníamos. ¡Que viva la patria!