Sin lugar a dudas, las acciones iniciadas por grupos haitianos, sobre todo algunos de los cabecillas de bandas armadas que mantienen desolado a ese país, son una provocación alevosa en busca de que los dominicanos entremos en su juego sucio y así justificar la explotación y depredación de su propio pueblo.
Lo que hacen el exprimer ministro Joseph, Barbecue y algunos llamados líderes de bandas armadas es sumir cada vez más en el caos al pueblo llano, que siempre ha sido víctima de los saqueadores internos de las ayudas que recibe de gran parte del mundo, pero que siempre queda en manos de estos vivos que residen en mansiones en el extranjero.
Los haitianos sensatos deben tomar conciencia de que son manipulados contra los dominicanos, único pueblo que les ha dado la mano en primer plano, ante todas las desgracias que se registran en esa nación, acción que nunca es agradecida.
Comenzando por la pretensión de desviar el río Masacre, en violación a los acuerdos firmados por ambos países para la convivencia pacífica, han recurrido al método de la ocupación silenciosa, el chantaje y la arrabalización de los sectores y las principales vías, solo con el propósito de motivar confrontaciones y culparnos frente a la comunidad internacional.
El Gobierno Dominicano, esta vez encabezado por Luis Abinader, ha sido enérgico y decidido en su postura ante los constantes abusos de estos haitianos descalificados como autoridad política y debe seguir firme en su decisión, para que ellos labren su propio destino sin el sacrificio de los nuestros.
Si hay que mantener cerrada la frontera por tiempo indefinido debe hacerse, porque quienes pierden en realidad son ellos que adquieren del país el 98% de lo que se comercializa a cambio de solo un 2% de lo que aportan en mercancías de poco valor. Vender lo que producimos a países cercanos es la solución más expedita y así, se acaba el perro y la rabia.
Es tiempo de mostrarles que no hay miedo y de que estamos dispuestos a defender nuestra soberanía, libertad y convivencia pacífica, bien que nos han robado con su insistencia malsana en apoderarse de lo que no han construido. Frontera sellada. ¡Que viva la patria!