Estamos ya en la realidad del primer cuarto del siglo XXI y es preciso que aprendamos la lección de los errores cometidos y de los daños recibidos a causa de nuestra indiferencia y desidia, que permite que todo el que llega haga y deshaga en nuestro territorio sin que nos importe.
A partir de la segunda mitad del siglo XX fuimos capaces de frenar el oprobio para dar paso a una vida de libertad con gobiernos elegidos, confrontaciones internas en defensa de ese derecho, incluyendo la denominada revolución de abril de 1965, en procura del retorno del profesor Juan Bosch, el calor partidario y la expresión ideológica defendida con gallardía por nuestros valientes hombres y mujeres.
El país ha logrado colocarse en un lugar privilegiado entre las naciones de la región y ese beneficio debemos defenderlo y protegerlo a toda costa para no desaparecer como nación en el mediano plazo. La mano dura se impone y la dominicanidad llama a medir fuerzas sin tomar en cuenta las voces agoreras de organismos y entidades extranjeras que solo procuran nuestro mal.
Tiempo es de hacer aparte los intereses partidarios, personales y grupales, para como un solo cuerpo, gobierno y gobernados poner el país por encima de todo trabajando por una nación fuerte, próspera, desarrollista y rica en trabajo, buena voluntad, unidad y amor.
Defender las riquezas conque nos ha premiado la naturaleza, incluyendo la valiosa floresta, la hidrografía y otros recursos, es compromiso de todo dominicano sensato y de cualquier extranjero que haya escogido el territorio como su nuevo hogar.
Construir grandes vías, caminos vecinales, preñar la tierra con los frutos del campo y el adecuado acceso a los mercados, es una prioridad ahora para construir un porvenir de paz, desarrollo y convivencia social sin traumas.
Hacer un alto en los intereses partidarios se impone ahora, relegar el accionar al proselitismo interno, para dedicar esta gestión de gobierno a lograr el país que buscamos y una nación que levante el orgullo de nuestros próceres. Seamos realmente un gran país.