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Dirigir un país y contar con una estructura que realmente funcione, es una tarea muy difícil para cualquier gobernante por mejor intencionado que esté, sobre todo, cuando prima la intención de forzar su fracaso.

El país tiene ahora dos problemas fundamentales que requieren de la atención total y la toma de decisiones radicales para frenar la delincuencia que nos arropa, el nivel de criminalidad y la desordenada migración, con sus secuelas negativas.

La inseguridad mantiene a la población en vilo y el miedo de salir a las calles por esa causa está afectando seriamente la convivencia social. Devolver la tranquilidad a los ciudadanos se impone ahora con urgencia.

El negocio corrupto, el narco comercio, la ambición política y el profundo deseo de que la presente gestión fracase, no permite que los dominicanos tengamos un momento de sosiego y a esta situación se debe poner un alto.

El patrullaje mixto es una solución certera, pero a corto plazo se preica que la autoridad se imponga ahora o luego será muy tarde. El respaldo ciudadano es importante en este momento, porque el gobierno está obligado a devolver la tranquilidad y el derecho a transitar de los ciudadanos.

El tercer problema que debe asumir con rapidez el gobierno es el del tránsito, porque los agentes que deben controlar y poner orden, hacen todo lo contrario. La policía de tránsito debe jugar su rol y no el de simples cazadores de multas o recaudadores, una función que compete a Impuestos Internos. ¡Ojo con esto!

Posted in Punto y Coma

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