El pasado sábado 30 de junio se celebró en el país el “Día del Maestro”. En esta fecha se conmemora también el 109 aniversario del nacimiento del Profesor Juan Bosch, considerado tanto a nivel nacional como internacional “Maestro de Maestros”. Un hombre de paz, un hombre libre que enalteció su lucha por la verdad, la democracia y la libertad de su pueblo. Dos ocasiones especiales que constituyen un llamado al honor, al compromiso, la vocación y la fidelidad. Es una ocasión para honrar a miles de educadores que dedican y han dedicado sus vidas a la labor más gratificante que un ser humano puede asumir “la formación” de las y los ciudadanos que demanda la sociedad dominicana.
Respecto al Maestro Juan Bosch, es importante recordar que él, desde temprana edad, tenía bien claro que la educación es un factor clave para que un país como el nuestro superara sus condiciones de pobreza y pudiera garantizar un desarrollo económico sostenido para lograr una República Dominicana cada vez más inclusiva, desarrollada y moderna, capaz de compartir en condiciones de igualdad en la sociedad global en la cual vivimos.
Como he expresado en múltiples ocasiones, Juan Bosch estaba más que convencido de que sólo un sistema educativo basado en oportunidades iguales para todos constituía la fuerza motriz para el desarrollo nacional. Por esa razón, uno de sus propósitos principales al llegar a su país, el 20 de octubre de 1961, después de un largo exilio de 23 años, fue educar al pueblo dominicano para que pudiera avanzar en la construcción de su propio destino y su propia identidad, para así poder superar la pobreza y transitar el camino del desarrollo y la democracia, con una conducción política correcta; articulada a un Proyecto de Nación, a través de un ejercicio ciudadano democrático de pleno derecho, en el más amplio sentido de la palabra –económica-social y político- utilizando para ello la educación y la creación de una conciencia colectiva como medios esenciales para el logro de esta meta.
Hoy las y los ciudadanos de este país disfrutamos de una democracia sólida que es fruto de los grandes esfuerzos, emprendidos en su gran mayoría por las y los discípulos de Juan Bosch, con el propósito de lograr una República donde reine la igualdad y la equidad social y disfrutemos una educación de calidad para todas y todos los dominicanos.
En esencia, en Bosch, como en ningún otro dominicano de los siglos XX y XXI, predominaron las ideas, el accionar y la práctica de valores de un hombre de verdadera e inquebrantable vocación patriótica. Así lo afirma él mismo en una de sus célebres frases “El destino de cada uno está en la educación que se le haya dado. Para que su conducta sea buena, el hombre tiene que ser mejor educado”.
Juan Bosch fue un Gran Maestro, promotor de ideas que contribuyeron a elevar el nivel educativo de la población dominicana. En otra de sus conocidas aclaraciones plantea frases como que: “No es ciudadano el que ignora cuáles son sus deberes y cuáles son sus derechos (…). No puede haber paz donde no hay consciencia cívica y no hay consciencia cívica donde no hay cultura”. Hoy podemos asegurar que sus enseñanzas están ahí, latentes y vivas, aportando cada día nuevas visiones y profundos ideales de trasformación desde diferentes ámbitos y con el apoyo de hombres y mujeres formados bajo su orientación, decididos y decididas a trabajar sin descanso por el desarrollo de la República Dominicana.
En ese sentido reiteramos que, en estos tiempos convulsos que viven América Latina y gran parte de los países del mundo, la figura de Juan Bosch se redimensiona cada día porque su conducta patriótica, cívica, honesta y valiente lo reafirman como símbolo de la dignidad y de la libertad. No debemos olvidar nunca las enseñanzas del Profesor Juan Bosch, quien vivió y murió pensando a cada hora de cada día en servir al pueblo; si realmente queremos seguir honrando su memoria.
En esta fecha tan especial es importante recordar al Maestro Juan Bosch, cuyo natalicio felizmente coincide con el Día del Maestro.