Parte de la población de República Dominicana, especialmente la más vulnerable, fue afectada por los daños causados por la tormenta tropical Franklin, como ha sucedido otras veces a lo largo de los años en este territorio.
Lo peor fue que se volvieron a repetirse las mismas escenas: Calles repletas de agua por filtrantes tapados, familias damnificadas e irresponsable actuación de gran parte de la población en los tiempos de emergencia, especialmente de jóvenes.
Las autoridades, con el apoyo y compromiso del liderazgo nacional, políticos, empresarios, religiosos, comunitarios y otros, deberán enfrentar las causas que provocan daños mayores durante los pasos de los fenómenos naturales, con planes a mediados y largos plazos.
Una de las acciones debe ser imponer el respeto a la Ley de Ordenamiento Territorial, Uso de Suelo y Asentamientos Humanos, para detener la construcción de viviendas o casuchas en cualquier punto del país, como establece esa legislación, promulgada por el presidente Luis Abinader el 22 de diciembre del 2022.
Pero como esa Ley no es retroactiva y por humanidad, las alcaldías, el Gobierno Central y el Congreso Nacional deben iniciar un plan de rescate y traslado de las personas que residen en zonas vulnerables, al lado o encima de ríos y cañadas.
Incluyo al Congreso Nacional porque esos recursos podrían obtenerse con financiamientos de organismos internacionales, y se pagarían con el ahorro de la gran cantidad de dinero que debemos erogar para ayudar a los afectados por fenómenos naturales, como sucede ahora con los de la tormenta Franklin.
Ese proyecto también debe incluir la toma de conciencia de la población y una mayor responsabilidad de las alcaldías en cuanto al mantenimiento y limpieza de filtrantes, así como la colocación de zafacones en todos los lugares y hacer cumplir las normas municipales, para evitar el lanzamiento desperdicios en las vías públicas.
En los planes de concientización deben intervenir los centros educativos, juntas de vecinos, las iglesias y las alcaldías, con la realización de jornadas de educación y promoción sobre los efectos negativos para los propios ciudadanos de tirar basura en las calles. Me apena ver la gran cantidad de desechos plásticos en algunos filtrantes.
República Dominicana, para alcanzar su desarrollo pleno, debe convertirse en un país más proactivo; no reactivo, y que busca soluciones efímeras a problemas de antaño.