El partido que esté en el poder siempre será el más aventajado para salir airoso en cualquier proceso de elecciones, a menos que haya un rechazo en la mayoría de los votantes relacionado al manejo de la política social y económica, por corrupción administrativa o por otros factores que empañen la gestión de gobierno.
Las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina y todos los partidos ya definieron las reglas del juego. El Partido Revolucionario Moderno, aparentemente, lidera las encuestas y un posible triunfo del presidente Luis Abinader en primera vuelta los tiene a todos (gobiernistas y oposición) en banda ancha recogiendo los ruidos propios de las campañas electorales.
La oposición, por un lado, la componen básicamente los partidos más grandes como el de la Liberación Dominicana, Fuerza del Pueblo y Revolucionario Dominicano. Los tres agrupados en un movimiento que denominan RescateRD, que entraría a desempeñar su papel en una posible segunda vuelta, de no lograr el presidente Abinader obtener el 50 por ciento más un voto en las urnas el 19 de mayo cuando se celebren las elecciones presidenciales y congresuales.
Este pacto que volvió a ser noticia en los medios de comunicación tiene como finalidad frenar las aspiraciones de los perremeístas de continuar en el poder y evitar que esa fuerza política se afiance como principal opción para las elecciones que vienen y las próximas por venir.
Los interesados se reunieron y hubo un acercamiento entre Danilo Medina y Leonel Fernández, lo que muchos tildaron de encuentro “forzoso” y para nada de buena gana entre ambos líderes políticos, por el visaje de sus rostros.
Tanto Leonel como Danilo guardaron, momentáneamente, sus rencillas personales para darse un abrazo y quizá secretearse palabras.
El acuerdo firmado entre estos políticos tiene un solo propósito: apoyar al partido más votado de los tres en una posible segunda vuelta. Y desde ya se siente el “tirijala” entre el PLD y Fuerza del Pueblo por llevarse ese trofeo como segunda fuerza más votada.
Y la pregunta que surge es: ¿y habrá condiciones para una segunda vuelta?
Lo que, al parecer, no sabe la oposición es que una segunda vuelta resulta casi siempre traumática para el electorado, además del costo económico que representa para el país.
Este acuerdo pasará a la historia como todos los anteriores a los fines de frenar reelecciones, pero también por el “abrazo” fingido o no entre Danilo y Leonel con Miguel Vargas, Abel Martínez y hasta Margarita Cedeño de réferis. Las malas lenguas brotaron fuego en esos días y tildaron el ambiente de estar más frío que un “yunyún”. El previo es que nadie quiso dar su brazo a torcer.
Mientras tanto, el partido oficialista anda con los ojos bien abiertos, atento a cada movimiento de los opositores, con la mente puesta en la reelección de Abinader en primera vuelta, porque en política nada es seguro, ni confiable hasta ver resultados. Y aunque las cosas aparentan estar bien por el lado oficial, ellos saben que es mejor precaver que lamentar.