Sin dudas, la semana pasada estuvo llena de noticias preocupantes. La única diferencia la hizo la agradable noticia de que seguimos con un ritmo de crecimiento importante, que todos debemos hacer el esfuerzo para que se mantenga.
Las noticias sobre las muertes de recién nacidos en el hospital Jaime Mota y las imágenes que vi en un programa de televisión, no pueden ser más devastadoras. La ministra Altagracia Guzmán Marcelino tiene toda la razón, ella no puede pagar los platos rotos, es un problema del sistema, ha sido un abandono del sector por años, no es la culpa de un gobierno, es la culpa de todos que no hemos sabido exigir por un mejor sistema de salud pública.
La doctora Guzmán tocó un punto fundamental, cuando habló sobre las deficiencias de los recursos humanos, es en todas las áreas de la economía que estamos pagando con creces el abandono del sector educativo y cuando alguien, como Andrés Navarro, quiere cambiar el rumbo, el gremio magisterial se opone.
Al igual que la ministra, me pregunto: ¿Dónde está la calidad humana de los médicos, directores y personal de apoyo de esos centros de salud? Las huelgas por mejores salarios se suceden con frecuencia, ¿Por qué no hacer reclamos por mejores instalaciones y medicamentos para los pacientes? ¿Dónde está la capacidad del personal que alimenta a un recién nacido con harina y compota? Lo único que le pido a la ministra es que cancele ese personal, aunque posiblemente el próximo que pueda contratar tenga las mismas deficiencias educativas, por lo menos manda un mensaje de que con la vida no se juega.
Esta semana, gracias a la eficiencia de nuestras aduanas, se pudo confiscar un furgón con más de dos millones de dólares, el narco ganando terreno en nuestro país, porque ese dinero no podía ser de otra procedencia.
Pero mientras vemos este panorama, lo institucional es alarmante. La división de los partidos, el PLD ha llegado a donde nunca nos hubiéramos imaginado. Si estuviera vivo el profesor Bosch fundaría, sin dudas, otro partido. Vimos cómo una parte de la bancada no asistió, mientras acusaba a la que estaba presente de turba y daba eso como razón para no asistir. El vocero del PLD al parecer se equivocó y se presentó al hemiciclo y se escabulló de forma penosa.
El PRM después de haber dado ejemplo con una convención ordenada, donde logró renovar su dirección repite los ejemplos de su partido tradicional. Del PRCS es poco lo que se puede mencionar, desde la desaparición de su líder el partido desapareció con él, no son capaces de ponerse de acuerdo a pesar de ser un partido de apenas el 5%.
Nuestros líderes están enfrentados, al parecer sin capacidad de deponer sus diferencias personales por el bien del país. Estamos trillando un camino donde nadie ganará, perderá el país.
Estamos enfrascados en una lucha de quién tiene más fuerza, olvidando que un líder debe proteger a los que no tienen riqueza, tiene que buscar el balance de los que no tienen nada. Recordemos que la historia no le pertenece a nadie, es la carga de cada hombre o mujer.
Antonio Taveras, en una serie de twits decía: “exhortemos a la dirigencia política en disputa a reflexionar, a poner el país por encima de los intereses particulares. Esta sociedad de gente luchadora se merece mejor trato, una mejor democracia”.
No somos merecedores del colapso de nuestra democracia, hemos perdido el rumbo, el deseo de riquezas y poder ha sido sustituido por los ideales que se enarbolaron y que muchos seguimos con entusiasmo desde diferentes sectores.
Quedaron atrás los círculos de estudios, los sacrificios de muchos dirigentes encarcelados y asesinados por sus ideas; la formación de un partido, cuyo lema era “Servir al Partido para servir al Pueblo”. Hemos olvidado los sacrificios de Peña Gómez, de los que dieron sus vidas por la democracia en las lomas.
Olvidamos aquello que con tanto énfasis se repitió: “Vergüenza contra dinero”. Estamos a tiempo de retomar estos ideales perdidos, pero no olvidados.
Abraham Lincoln dijo: ”Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si queréis probar el carácter de un hombre, dale poder”. Utilicemos el poder para resolver los problemas de nuestro país, nunca para crear más, sin importar de qué lado estemos, a todos nos une el mismo vínculo, somos dominicanos.