Semanas atrás creo haber comenzado con la expresión “El mundo cambió”. Frase que impactó mi vida, porque fue manifestada con pesar por un niño de apenas nueve años en una remota comunidad del Sur Profundo, cosa que exclamó de forma espontánea después de levantar su mano en medio de una charla que estuve impartiendo a familias en la parroquia de dicho lugar.
Verdaderamente ese cambio se ha producido como consecuencia de una serie de eventos amenazantes, de manera especial en el aspecto más importante del ser humano que es salvaguardar su vida, los cuales han permitido destapar lo que realmente hay en el interior de las personas. En mi opinión, tenemos una bipolaridad, donde aparece lo mejor y lo peor, con lo que sale al desnudo lo que se escondía en la sociedad, de forma universal.
En nuestro país es evidente el aumento de la violencia intrafamiliar, callejera, criminalidad y delincuencia de forma tal que, sin querer alarmar, sino más bien plasmar nuestra realidad, llegó el momento en el cual todos debemos involucrarnos para cooperar, por nuestra propia seguridad, con nuestras autoridades. Si bien es cierto que la policía, encargada del orden público, tiene el compromiso y la responsabilidad de velar las 24 horas para mantener el orden y protección de la ciudadanía en nuestras calles, no es menos cierto que cada uno como ciudadano dominicano debemos hacer una especie de acompañamiento en la prevención, hasta donde podamos, de situaciones que inciten de manera directa o indirecta a eventos de peligro.
Con esto no quiero decir que la situación que atravesamos, donde no podemos salir con seguridad a nuestras calles y carreteras, donde debemos vivir con una especie de “paranoia” colectiva, atentos en cada lugar adonde vamos, la obviemos o ignoremos, ni que está bien, al contrario, se necesita arreciar de forma inmediata con políticas de Estado que apliquen regímenes de consecuencias reales, para con esto hacer nuestra nación más vivible.
Algunas sugerencias ciudadanas de medidas a tomar por el momento, como por ejemplo no salir a las calles a pie con joyas llamativas, el uso obvio de celulares y equipos costosos, aparcarse a distancia, especialmente mujeres, del lugar de destino, y aun más durante las noches, dejarse provocar por indeseables individuos mientras se conduce en vehículos, que parecieren a ver con quién buscan un problema. Revisa tú en qué más puedes contribuir y motivar a otros para que lo hagan, por una mejor nación.