Por lo general, iniciamos con ejemplos de experiencias propias, tanto en calidad de terapeuta como en mi manejo cotidiano, ya que el objetivo por el cual nace Por Tu Familia es única y exclusivamente con la intención de llevar un aporte que ayude cada semana a un mejor funcionamiento del ente que depende una sociedad, la familia. Es imposible lograr sociedades sanas si se sigue permitiendo que a nuestro hogares lleguen invasivamente, sin filtro todo tipo de opinión, mensajes distorsionados, escalas de valores distorsionadas, donde sigan poniendo como principal superficialidades, bienes materiales, aquellos que se compran con dinero, siendo este último el fin de los que tienen la responsabilidad dentro de la casa, padres o tutores, con la finalidad de que lo hijos tengan aquello que a ellos les hizo falta, sin embargo, paradójicamente, cada día vemos más inconformes las generaciones que han ido subiendo en las últimas dos décadas. El término “estoy aburrido(a)”, que emplean niños de 5 a 6 años, los adolescentes ni se diga, no pasaba siquiera por las mentes de mis hijos. Esto no significa que no hubiese niños con trastornos y problemas, esto siempre se ha dado. Pero, nunca como hoy habíamos visto depresiones, suicidios, enfermedades psicosomáticas en todas las edades. La insatisfacción, la necesidad de que se les escuche los impulsa a navegar entre un celular, un juego electrónico, el cual se maneja sin compañero porque aparece en la pantalla, tratando de llenar la soledad y necesidad de afecto.
La pandemia se ha convertido en un evento que ha conmocionado al mundo, y tratan de vendernos que a partir de esta debemos transformar la vida y depender hasta los adultos casi de forma exclusiva de los medios digitales, que si bien es cierto ayudan y aportan soluciones, ojo, jamás sustituyen a papa, mamá, esposo(a), amigos, hermanos, abuelos… Estos últimos, un sello que impregna en la vida de cada uno de nosotros. Sí, verdaderamente hay que tomar medidas para cuidar la salud física, sin embargo, el cuidado de los afectos, la interacción entre humanos, seres queridos y el amor que se comparte es vital para que la humanidad se sostenga y por ende la salud de ese cuerpo en la que tanto se insiste, pero se está mutilando por la soledad y poca cercanía a la que nos empujan. Es tiempo de amar como nunca. “Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto”. (Colosenses 3:14)