“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano”. (Proverbios 18:24). “Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo!, que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”. (Eclesiastés 4:10). “No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre. Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos”. (Proverbios 27:10).
Aprovechando que es mes de la familia, y observando el evento natural ocurrido hace unos días, de repente, lo que inició como un simple aguacero, en menos de 4 horas, terminó inundando la ciudad capital de forma tal que sectores en los cuales nunca antes había ocurrido algo similar, fueron afectados con pérdidas económicas incalculables, tanto en vehículos como en enseres del hogar. Y lo que es aún mayor, pérdidas de vida. ¿Qué tiene que ver esto con las citas anteriores de lo que significa un amigo? ¿Y qué tiene que ver la amistad con todo esto? Somos un país pequeño, comparado con grandes urbes alrededor del mundo. Sin embargo, nos estamos comportando tan distantes unos con otros, donde expresar que no se conoce a quien vive frente a tu puerta en un edificio es sinónimo de categoría y estatus. Si vemos la fragilidad a la que estamos expuestos en esta vida, con fenómenos naturales que en minutos pueden destruirlo todo y a todos, nos daremos cuenta de si vale la pena seguir utilizando el tiempo en una serie de cosas triviales, a las cuales se les da mucha más importancia que el aprovechar la cercanía y el calor de un verdadero amigo.
Desde niña aprendí algunas frases repetidas por mis padres, y las quiero compartir con ustedes, como: “Un amigo no tiene precio”. “Un amigo es más que un hermano”. “Tu vecino es el hermano más cercano”. “Hay que evitar ofender a un amigo a como dé lugar”. Aún sin ellos ser estudiosos de La Biblia, pero sí personas de gran sabiduría, inteligencia emocional y grandes valores, vemos cómo algunas de sus frases coinciden exactamente con las citas que iniciamos en este espacio. Cuidado si confundes desvirtuando la interacción con un compañero(a) de trabajo, un club o una asociación o partido político al que pertenezcas, con alguien que para llevar ese calificativo ha estado contigo en las buenas y en las malas, probado y aprobado, y quien tus cosas le alegran o le entristecen como si fueran propias.