En algunas ocasiones he tenido que ver las consecuencias que han quedado en algunas personas cuando, una vez han tenido que ver partir para siempre a su madre, se preguntan hasta dónde su relación con esta fue la más idónea.
Aprovechando que el próximo domingo, en nuestro país se celebra el día de las madres, quiero juntamente con ustedes hacer una evaluación de quién es mamá para nosotros.
En una oportunidad conversaba con una paciente, la cual tenía manifestaciones de depresión. Y una de las cosas que esta no había podido superar fue: Si se descuidó o no en la etapa final de vida de su madre, quien tuvo un infarto inmediatamente la ingresaron a la unidad de cuidados intensivos de una clínica privada de la ciudad. Los médicos les aseguraron a los hijos que no había dejado secuela, no obstante, había que mantenerla en la unidad, pero que estaba todo en control y podían irse a sus casas, porque estaría “intensamente bien cuidada”. A la mañana siguiente la primera en llegar fue mi paciente, pero, como es impredecible la muerte, su madre acababa de fallecer. En una sesión, llorando, sostenía: “No pude saber si yo en algún momento la ofendí, si murió triste o tranquila”. Y verdaderamente esto se había convertido para ella en una gran carga.
Para aquellos que aún tienen el privilegio de tener a su madre presente (lamentablemente no es mi caso), deben entender que para ellas nosotros siempre somos y seremos lo más importante. Tenemos que darle tiempo, espacio y, sobre todo, amor; y esto es lo menos que podemos hacer.
En mi papel de madre siempre he tenido que recordar una expresión de la mía: “Hija fuiste, y madre serás”, y de verdad, que es de alta responsabilidad serlo. No obstante, considero que en la vida de una mujer son múltiples los roles a desempeñar. Pero el que más llena de todos es ser mamá.
Yo te exhorto a mantener, no importa si está lejos, ya que vivimos en la época de las grandes comunicaciones a todos los niveles, tu relación con mamá. Para los que la tienen en países lejanos, a veces lugares inhóspitos, siempre hay forma de mantener esta hermosa relación. “Hola mamá”, “hola madre”, “hola mami” no tiene dimensión de cómo llena y alegra cualquier mañana de ella. Los que no la tenemos, siempre la recordamos y añoramos; tú que la posees, disfrútala.