¿Qué está pasando? ¿Hacia dónde vamos a llegar? Por mas que trato, no puedo entender. ¿En quién creer? ¿Qué haremos?
La razón de ser de Por Tu Familia, espacio que dedico por unos 14 años, de forma semanal, ha sido hasta el día de hoy llevar aportes a nuestra sociedad con la única finalidad de salvaguardar la integridad y salud emocional del núcleo o médula espinal que la compone: las familias. Estos cuestionamientos con los que empezamos están presentes en cualquier grupo, sin importar nivel socioeconómico, lo que significa que de manera unánime todos queremos, más que respuesta, solución a tantas situaciones precisamente que se dan dentro de los hogares, si es que se pueden llamar así. Lo importante de todo es que la sociedad no está siendo indiferente, ni mucho menos pretende que se sigan desbordando estos eventos de manera recurrente y, como la mujer de parto, cada vez más fuerte es el dolor.
Ver el video recién hecho viral de un grupo de niños, donde el mayor tenía apenas 14 años, y el menor 11, inmersos en una vida de calle, y lo que es peor aún, desafiando autoridades, en forma burlesca hasta mencionando alguna, sin la menor vergüenza y mucho menos remordimiento de los actos ya ejecutados, generó en mí un gran impacto e inmensa preocupación. Esto no es solo asunto de Gobierno, leyes y autoridades, es un compromiso y una revisión de cómo se están formando los adultos del mañana. No es característico en nuestra cultura, como en otros países incluso más avanzados, la presencia de psicopatías, pero este tipo de conducta trae como consecuencia grandes psicópatas.
Queremos hacer un llamado a los padres y tutores a que dediquen tiempo a ver qué hacen sus hijos, con quién se juntan, qué ven y escuchan, cómo reaccionan; revisar de manera permanente su comportamiento. Un buen foco de bacterias sociales son las redes, a través de las cuales, sin importar edad, les llega todo tipo de información, muchas veces cargada de violencia, pornografía (esta enmascarada con sutileza, cargada de morbo), y tantos otros males, que traen como consecuencia una distorsión de lo que es bueno o malo en etapas en que absorben, especialmente los más pequeños, como esponja todo lo que les llega.
¡Alerta padres! No hay más tiempo que perder, no solo al rescate, sino a la prevención de que esto siga como la levadura, permitiendo que aumente la masa. Todos de la mano.