“La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus manos.” (Proverbios 14:1). “Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra.” (Efesios 6:2-3).
Recién escuché a una congresista catalana, que hacía una declaración en la que sostenía que lo que más importa para el 90% de los catalanes es su familia, y a la vez alertaba cómo se pretende, no solo desenfocar, sino destruirla con ideas y conceptos que rompen todos los estándares que hasta hoy se han tenido, además de su valor y verdadero rol dentro de la sociedad. Llevamos más de una década, desde este espacio, trabajando por la edificación y conservación de estas, teniendo muy claro que solo con hogares sanos tendremos sociedades sanas, independientemente de todo lo demás, por lo cual impera como nunca su protección y cuidado ante todo lo que amenace y pueda dañar a la familia.
El mes de mayo es dedicado a las madres en muchos países de cultura occidental, y creo en particular que si hay alguien en especial merecedor de reconocer su papel es mamá. Padre y madre merecen honra, como vemos al inicio, siendo el único de los 10 mandamientos con promesa de parte de Dios. Por tanto, para aquellos que creemos y sustentamos nuestras vidas en Él, se hace imprescindible reconocerlo.
Si hay algo dentro de lo que nos caracteriza como dominicanos es cómo valoramos el papel e importancia de una madre, de forma tal que la mayor ofensa que se pueda recibir, aun post mortem, es cualquiera que haga alusión negativa a ella. Hace muchos años, motivada por un famoso pelotero nuestro retirado de las grandes ligas, dediqué una columna completa a cómo este, juntamente con su hermosa mansión, edificó al lado otra especialmente para su mamá.
Este tipo de acción la he presenciado desde pequeña, y posiblemente ustedes igual, como, por ejemplo, niños de muy escasos recursos económicos, incluso con algunos me ha tocado trabajar o interactuar dando charlas en zonas vulnerables, cuando se les pregunta cuál es su sueño, sin chistar responden algo como: “Ayudar a mi mamá cuando sea grande”, “Comprarle una casa a mi mamá cuando tenga dinero”, entre otras expresiones donde queda claro el lugar que ocupa en la mente y corazón poder darle lo máximo a ella.
Aquellos que aun la tienen en esta tierra, revalórenla, y los que, como yo, ya no, sigan amándola y honrándola con sus vidas. ¡Aplausos, mamá!