“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”. (Gálatas 5:1); “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8:32)
Para los que como yo, estamos definidos de que el mundo está regido por Dios, ambas citas nos dan la enseñanza acerca de para qué somos creados, y es, al igual que las aves, para vivir en libertad. Tanto así, que algunas de ellas, al ponerlas en cautiverio, mueren a veces al instante. En cuanto a la verdad señalada por Cristo, el nombre más discutido de la humanidad, dividiendo está en un antes y un después, reitera que Él es “La Verdad”.
Uno de mis hijos (todos son cristianos), en medio del caos que se vive hoy, me ha repetido que jamás pensó nos tocaría un tiempo de tantas dudas e imposiciones que afectan las vidas de las familias, donde se atenta contra la integridad de las normas y libertades individuales de sus miembros, generando daños que a corto plazo serán irreparables.
Nuestra sociedad hoy vive momentos muy difíciles, graves, que enferman, que ni siquiera los médicos se están dando cuenta de que culturalmente nosotros no podemos estar encerrados ni coartados a movernos. Son muchas las mentes que se están enfermando, no por razones de salud física, sino por medidas tomadas olvidando, en la búsqueda de cuidar el cuerpo, que este tendrá salud cuando las mentes estén sanas. Quiero citar a la clase que trabaja con salud mental, que es tiempo de empezar a educar sobre el cuidado de esta. A veces pienso hasta dónde se va a llegar, por lo menos en mi país, cometiendo obligatoriedades que evitan desplazarnos como seres independientes, en una nación que pagó un alto precio por la soberanía e independencia que hasta hoy hemos disfrutado. Cantidades de padres me han contactado desesperados por la situación para inscribir a los niños en las escuelas y colegios, el caos y la angustia de estos me han puesto hasta a llorar.
Es responsabilidad de nuestras autoridades seguir manteniendo cuidado por nuestra salud, sé que es difícil y su intención es preservarla, para lo que han hecho grandes esfuerzos. Pero ojo, ojo, que estos, por favor, no ayuden a seguir dañando, deteriorando la salud mental de nuestros ciudadanos, dejando secuelas emocionales y físicas que no habrá recursos cómo resolverlas. No basta una buena intención, si no se llevan a cabo coherentes acciones. Necesitamos paz, es tiempo de oración y búsqueda de Dios.