“‘En el nombre de la Santísima y Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y a implantar una república libre y soberana e independiente de toda dominación extranjera que se denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor, en cuartos encarnados y azules atravesado por una cruz blanca; la República establecerá su correspondiente escudo de armas. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales “Dios, Patria y Libertad”. Así lo ratifico y prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo”. (Juramento Trinitario) El pasado 26 de enero se conmemoró el natalicio de Juan Pablo Duarte, razón que motiva a iniciar con este juramento, el cual la mayoría no se toma en cuenta, y otros tantos, quizás lo desconocen. El mismo está basado en una fe y conocimiento de Dios, de un hombre que, ante todo, depositó en el Creador nuestra nación. Independientemente de las concepciones religiosas o políticas que sigamos, es indispensable y necesario trabajar de la mano a favor de recuperar los valores cristianos, para con ellos poder lograr cambios de paradigmas, valores morales, familiares. Ser patriota y defender la nación se muestra cuidando cada espacio y persona que la compone, respetando las leyes, nuestras autoridades, vecinos, lo que pronunciamos en deterioro de los demás, con lo que muchas veces se enlodan generaciones completas y nunca se pueden limpiar. El patriotismo es evidenciado cuando no tiras basura en las calles, evitando violencia al conducir tu vehículo, permitiendo al peatón caminar sin peligros, cuidando los ríos, mares, sembrando árboles, en vez de depredación de estos y, lo que es más importante, recordar las palabras pronunciadas por Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Nuestra tierra es de gran valor, protégela, respétala, ámala, ya que hombres y mujeres, como estos de la Trinitaria, pagaron con sus vidas para que vivamos libremente, pero evita que esa libertad sea un arma de doble filo y te dañe a ti y a los que te rodean.
Como ninguna
“‘En el nombre de la Santísima y Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro