La frase clave en este momento, con cualquier persona que te comuniques, independientemente la vía es “señores, hay que cuidarse.”. La semana pasada hicimos mención acerca de esto, ya que el temor generado por la manera de cómo globalmente se ha manejado el tema de salud, y especialmente en nuestro país, tiene a las personas, incluyendo niños, en un estado emocional preocupante. Acompañar la dieta diaria de complementos nutricionales en busca de ayudar al sistema inmunológico se ha convertido en un estilo de vida para una parte significativa de los hogares dominicanos. Algunos toman elementos de nuestra propia naturaleza, que a veces ni hay que comprarlos, porque los tienen en el patio, especialmente en pueblos y campos.
Todo esto es válido y, en mi vida personal, si hay algo que desde que nacieron mis hijos he tomado en cuenta es la forma de alimentarlos y evitarles en la mayor medida posible la ingesta de productos que puedan dañarles. Sin embargo, se descuida y muchas veces ni es tomado en cuenta lo esencial para una vida sana, que es el manejo de la salud mental y el cuidado que hay que llevar en la cotidianidad, dentro del hogar y los entornos donde se desenvuelven los individuos para la misma.
De nada sirve todo lo mencionado para la salud física, si en tu día a día, sumado a todo lo que oyes y ves, como fuentes generadoras de estrés, desde que abres los ojos quieres resolverlo todo, necesitando incluso más de las 24 existentes, viviendo angustiado y transmitiendo esto a los que te rodean, especialmente a tu familia, siendo esta la más afectada, ya que se ocasionan crisis que solo se resuelven poniendo un freno.
Es necesario buscar punto de equilibrio, el cual se logra solamente entendiendo qué es lo prioritario en este momento. Aquellos que tienen niños en edades escolares, a los cuales se les ha cambiado de forma absoluta su estilo de vida con las clases virtuales y la perdida de interacción con sus compañeros y amigos, deben saber y, si es necesario, buscar ayuda, para poder suplir esta falta. Otros tantos, trabajando también a distancia, lo cual interfiere en la dinámica del hogar, necesitan reaprender para que esto no se convierta en ente de conflicto entre sus miembros.
Si es necesario, acude a un profesional de la conducta, consejería de tu iglesia, pero hazlo como parte esencial para el cuidado de todos.