Si hacemos como ciudadanos comunes un inventario de una serie de eventos que se producen en nuestro país, nos daremos cuenta de que son muchos los que se podrían solucionar, como en repetidas ocasiones hemos dicho, entre todos. Tenemos leyes, derechos y deberes que nos atañan a cada uno por igual, los cuales asumidos con responsabilidad y compromiso serían el motor o matriz para el logro de las demandas de cambio que estamos exigiendo durante décadas.
Tenemos un cambio dentro de nuestras autoridades gubernamentales y militares, quienes sin la colaboración colectiva, sin importar la posición donde se encuentre el individuo, será imposible se pueda lograr el mismo. No bastan las intenciones de estas , sino cuentan con la colaboración de todos.
Nuestra sociedad se encuentra en una etapa donde gime para que muchas cosas se terminen de una vez y para siempre. Igual que en el seno familiar, en esta el funcionamiento sano va a depender de cada miembro que la conforma. Tanto es así que hasta la injerencia de un servicio doméstico puede incidir en forma negativa o positiva dentro un hogar.
Empezando por el respeto ajeno, es imposible sin este llevar relaciones armoniosas, ni mucho menos esperar que tus demandas de derechos sean contestadas. Se ha convertido en estilo de vida que cualquiera te responda de manera inadecuada o irrespetuosa, en un negocio, transito, hasta en las iglesias, como si entre los individuos existiera de manera permanente una defensa entre unos y otros. Son muchas las situaciones de violencia que se podrían evitar simplemente con buenos modales, sencillez, los cuales no tienen nada que ver con nivel económico o social de las personas. Empecemos con nuestros niños en el interior del hogar, enseñándoles con el ejemplo y capacitarles para su vida futura, siendo congruentes en nuestras acciones. Cuando vas en la calle conduciendo un vehículo, simplemente por tener prisa, violas un semáforo en rojo o te vas en vía contraria diciendo que no viene nada, donde ambas cosas pueden acarrear en apenas segundos perdidas de vida, y más aun los insultos e improperios que aun cometiendo tu falta lanzas al que tiene el derecho, delante de tus hijos estas sellando un legado de continuidad de aquello que tanto deseamos sea cambiado.
Asumamos el término de “nueva normalidad”, que se ha querido imponer por la situación de salud actual, para transformar nuestra sociedad asumiendo el compromiso para que en tu día a día estas cosas sean saneadas.