Ocurre que, así como una vez requeríamos más y más información para tomar la mejor decisión, ahora no logramos ni acercarnos a la posibilidad de gestionar tantos mensajes. Eso provoca que terminemos “infoxicados” y muy confundidos, sin rumbo claro y con serias dificultades para mantenernos y muchas más para avanzar como sociedad. Dicho en otras palabras, la mala gestión de la comunicación ha puesto en grave riesgo la posibilidad de mantenernos y avanzar como sociedad. Pero de aquella etapa en que se comunicaba “de uno para muchos” hemos heredado la idea del “poder de los medios para influir”. Por eso ahora nos encontramos con que cualquiera quiere ser “influencer”. Por eso, sin importar si se sabe o no lo que se tiene entre manos, tanta gente busca como si fuera oxígeno, “click”, “like” y “view”. Por eso tanta gente le “vende su alma al diablo” para “lograr viralidad”.