¿Por qué no somos felices?

En una reciente encuesta sobre la felicidad quedamos muy por debajo de muchos otros países. Me sorprendió el resultado porque en otra encuesta anterior habíamos ocupado el segundo lugar, luego de Costa Rica que vuelve a repetir como el país que sus ciudadanos se sienten más felices.

En una reciente encuesta sobre la felicidad quedamos muy por debajo de muchos otros países. Me sorprendió el resultado porque en otra encuesta anterior habíamos ocupado el segundo lugar, luego de Costa Rica que vuelve a repetir como el país que sus ciudadanos se sienten más felices.

Entendía que olvidamos los problemas los fines de semana y que una cerveza, ron con coca cola, ahora el vino, el juego de domino, la reunión con amigos y familiares hacía que olvidáramos los problemas del cotidiano vivir.

Decidí que no pondría mis opiniones, sino que haría una especie de encuesta entre conocidos para llegar a la conclusión de ese cambio del nivel de felicidad.

La primera persona que consulté me dijo nuestra juventud entiende que no tiene oportunidades, anhela irse a vivir al extranjero e incluso los que tienen la dicha de estudiar en universidades fuera del país no tienen planeado regresar, con lo que perdemos los escasos talentos que tenemos fruto de nuestros bajos niveles de educación.

Otro se refirió al tránsito, el caos que genera, lo difícil y caro que es trasladarse a sus centros de trabajo y que emplean parte de sus ingresos en transporte.

También definieron las razones para esa evaluación de país poco feliz al relacionarlo con el costo de la vida, al compararlo con el que recibe una bonificación por su trabajo y se esfuma antes de finalizar el mes.

Otro joven que se definió como político definió las razones para los resultados negativos sobre la felicidad, la corrupción, la falta de oportunidades para jóvenes, la ausencia de acción de las autoridades frente a los diferentes problemas, la burla en el control de la frontera y los cambios a la constitución.

Una joven profesional me hizo la comparación que cuando estaba en la universidad el único salario de la casa eran RD$8,000.00 y con eso alcanzaba para la comida, la ropa y el pago a la universidad. Sin dudas su relación de felicidad la correlaciona con el alto costo de la vida.

Entiende que la felicidad se logra con esperanza de una vida saludable, ingresos suficientes, apoyo social, libertad y generosidad. Habla de que cuando niña los vecinos se intercambiaban lo que cocinaban, algo que recuerdo perfectamente y que ahora apenas se conocen. Es ese sentimiento de individualismo que vive nuestra sociedad, que yo defino “lo mío primero”.

Para que veamos lo interesante que ha resultado preguntar sobre el concepto de lo que cada cual entiende como factor que detona felicidad o infelicidad. Esta colaboradora no lo relaciona ni a salario ni a tener el mejor sistema de salud, lo hace al hecho de la inseguridad. Relata cómo antes podía salir a la calle sin temor y que reconoce que ahora es más fácil adquirir bienes pero que para que le sirven si no puede caminar segura por las calles.

La ausencia de valores tanto en el hogar como en la escuela fue un factor común en mucho de los cometarios. Lo vemos en reconocimientos que se hacen a antivalores y sin embargo, a una líder comunitaria que incide positivamente para mejorar su entorno, sin más recursos que su deseo por aportar a una mejor sociedad no es destacado.

Otros piensan que los medios de comunicación y las redes tienen mucha culpa, destacan lo negativo, desde temprano en la mañana sólo oímos quejas y vulgaridades que, sin duda, influyen en el ánimo de los dominicanos.

Por último, este aporte me lo hizo un extranjero recién llegado al país. Me pareció muy interesante pues nos ve diferentes y los analiza con otra mirada.

Es un terapeuta de temas emocionales y confiesa haber tenido resultados muy satisfactorios, destaca el cariño con el cual la gente se le acerca, le cuentan su realidad y cómo al ser escuchados su actitud cambia, dejan de lado los aspectos negativos, sus angustias y les hace ver la importancia de su trabajo con resultados excepcionales. Le agradecían que cuando cometían errores en vez de echárselos en cara les explicaba cómo hacerlo mejor y encontraba seres humanos cálidos y eficientes.

Analiza que uno de los problemas es el autoritarismo del que ha padecido nuestra sociedad por mucho tiempo, la ausencia de una figura paterna, lo que nos hace tener una autoestima baja, define que el dominicano tiene un interior excepcional que no logran reconocer, un país lleno de maravillas, pero aprecian más otros países.

Cambiar esta precepción es un trabajo de los medios de comunicación y de todos los que de alguna manera incidimos en la sociedad, hacer cambios positivos, que los ejemplos que resaltemos sean los que sirvan para enrumbar la sociedad por caminos diferentes.

A todos los que me dieron sus opiniones, les agradezco enormemente que entre todos podamos aportar a la construcción de una sociedad más feliz.

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