Juan Pablo Duarte es el principal ideólogo de la Independencia nacional y el creador de la nacionalidad dominicana y, por lógica política elemental, debió ser el primer presidente dominicano. Pero no fue así. Como una ironía de la historia el primer presidente dominicano lo fue el general Pedro Santana, un líder militar que nunca creyó en la independencia y que era quien menos lo merecía, por ser el representante de los hateros, el sector más atrasado y conservador de esa época.

Para entender el porqué Duarte no fue el primer presidente dominicano debemos valorar el contexto que vivió el padre de la patria. En ese momento de principios del siglo XIX, pocas personas creían que era posible llevar a cabo un proceso de separación de Haití, y menos aún que podríamos mantener nuestra nación independiente sin estar atada a algún protectorado extranjero.

Pero Duarte nunca dio ni un paso atrás en la consecución de su idea de que nuestra nación tenía que ser “libre de toda potencia extranjera, o se hunde la isla”. Coherente y consecuente con ese propósito, creó una estructura política y militar llamada “La Trinitaria” para llevar a cabo las tareas de la independencia, recomendó a su familia que vendieran parte de sus bienes para financiar el movimiento independentista y desde el exilio, fue bujía inspiradora y vital para que el 27 de febrero de 1844 se proclamara la Independencia.

Fruto de la persecución que en su contra desarrolló el Gobierno haitiano encabezado por Charles Herald, Duarte tuvo que salir al exilio hacia Venezuela el 2 de agosto de 1843, por lo que no estuvo físicamente en el momento del nacimiento formal de la República.

El 15 de marzo de 1844, cuando retornó al país fue proclamado como “Padre de la Patria”, por ser el creador e ideólogo principal de la independencia alcanzada. De inmediato se integró a la lucha y se trasladó a Baní para reforzar al general Pedro Santana, en su enfrentamiento con las fuerzas haitianas que todavía amenazaban la naciente República. Pero el general Santana, lleno de celos, se resistió a la presencia de Duarte y obligó a la Junta Central Gubernativa a hacerlo retornar a Santo Domingo.

El 22 de agosto de 1844, esa institución presidida por Pedro Santana después de dar un golpe de Estado, emitió la resolución número 17, mediante la cual se declaraba a Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella y a otros trinitarios como “traidores a la patria”, se ordenaba su destierro inmediato y a perpetuidad. Y peor aún: ordenaba que luego de ser desterrados, si regresaran al territorio nacional debían ser fusilados por quien los apresare, sin juicio ni clemencia alguna.

El general Santana y los enemigos de Duarte empezaron a hacer esfuerzos para lograr que él y sus compañeros apresados fueran fusilados bajo el alegato de ser “traidores a la patria”. ¿Por qué Pedro Santana no pudo fusilar a Duarte y sus compañeros en septiembre de 1844? El historiador Orlando Inoa lo explica de la siguiente manera: “Fue entonces cuando corrió el rumor de que Santana lo fusilaría (a Duarte), lo que hizo intervenir a Abraham Cohen, prestamista del Estado de quien dijo el historiador Emilio Rodríguez Demorizi “que había que oír porque era rico y ayuda a sostener la guerra con Haití”, diciéndole a Santana que de ningún modo se podía fusilar a un prisionero y que a lo sumo se podía deportar”.

Esto significa que Duarte se salvó en ese momento de ser fusilado, porque un prestamista de Santana se opuso y obligó a que lo deportara. En efecto, ocho días después de estar preso, es decir, el 10 de septiembre de 1844, el creador de la nacionalidad dominicana fue llevado al muelle de Santo Domingo y se le deportó hacia Hamburgo, Alemania.

Por esas ironías de la historia, después de cometer ese crimen de lesa patria en contra de Duarte y los trinitarios, el general Pedro Santana logró imponerse como caudillo militar, presionó al Congreso Constituyente que se reunió en la ciudad de San Cristóbal el 6 de noviembre de 1844, obligando a los constituyentes a aprobar medidas absurdas y antidemocráticas, y se hizo elegir presidente de la República Dominicana. Por todo ese accionar nefasto y traicionero de Pedro Santana, Duarte no pudo ser, como lo merecía más que nadie, el primer presidente de la República Dominicana.

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