En su libro Sálvese quien pueda, Andrés Oppenheimer nos describe como será nuestra vida en el futuro inmediato, ante el acelerado ritmo de los avances tecnológicos.
Llegarás a un restaurante o un hotel…y te recibirá un robot… de lo más simpático. Los camareros y hasta el cocinero también serán robots. Total… para qué necesitas que un camarero humano te cuente su vida…s i no es tu amigo.

Con una foto del celular sabrás si esa mancha en el brazo es cancerígena o no, y qué hacer en el caso de que lo sea. Y desde el mismo celular podrás divorciarte, alquilar una propiedad o hacer un acta de defunción. El abogado ya no figurará para trámites rutinarios.

Tendrás un censor en tu cuerpo, que permanentemente estará evaluando tu presión, tu pulso y tu oxigenación. Y te informará que “pasado mañana” te dará un infarto.

En las escuelas te dará clase un robot, con muha más capacidad que el humano para almacenar información, y que no se desespera si tiene que explicarle 20 veces la misma cosa al bruto. Los profesores humanos ya no estarán para la educación académica, sino para enseñar a ser empáticos, a tener paciencia, a reinventarse ante los cambios, a manejar el fracaso…

Los vehículos se conducirán automáticamente sin necesidad de un chofer. Y como la inteligencia artificial no bebe, ni pelea con la novia, ni rompe leyes de tránsito…los accidentes serán prácticamente inexistentes.

Así como ya existe el uber para transportarnos, habrá una especie de uber para acompañar a los envejecientes. Lo contratas por una o dos horas, y solicitas de antemano los temas de los que quieres conversar o si simplemente quieres que te lleve al parque. Mucho más efectivo que esperar a que al hijo le dé la gana de pasar a visitar… o que compartir con el único amigo que te queda, que está sordo o senil.

Con tanta ayuda tecnológica en las diferentes tareas, tendrás tanto tiempo libre que vivirás (si tienes con qué obviamente) como un verdadero aristócrata: tratando de llenar las tantas horas de ocio con mucho entretenimiento y diversión. Como nunca antes en la historia serán necesarios los eventos deportivos y artísticos, los guías espirituales, los entrenadores físicos y los profesores de idiomas, literatura, arte, música… A la guerra no irán soldados humanos, sino drones teledirigidos. Y será común convivir con humanoides con extremidades biónicas, que superarán con creces el desempeño de las verdaderas. La real bendición para el que sufre de artritis y reuma.

No tendrás que escribir sobre el tablero de tu computadora. Ella te leerá la mente y hará lo que le ordenes.

Y el sistema cibernético conocerá absolutamente todo sobre tu vida: tus gustos, tu forma de pensar, tus desplazamientos geográficos. La privacidad y el misterio serán cosas del pasado.
Nada de esto es ficción aunque lo parezca. Será interesante saber si todos estos cambios en nuestra forma de vivir nos harán más felices o menos. Más humanos o menos. Más valiosos como especie… o totalmente descartables… caminando a paso firme hacia la extinción. Ya lo sabremos… más pronto que tarde.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas