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En esta compleja -y por demás delicada- etapa que vive el periodismo de República Dominicana, a veces no basta con que reconocidos catedráticos y académicos se esfuercen para que los jóvenes periodistas trabajen con aptitud y esmero.
Hablo con “conocimiento de causa.” Porque como docente, cuando impartía clases en las aulas del Instituto Dominicano de Periodismo (IDP) y la Universidad Interamericana (UNICA), viví malas experiencias.
A propósito de las ideas que expongo en este trabajo, me llamó la atención el criterio externado recientemente por el afamado académico (del periodismo) Fernando Garea, de nacionalidad española.
Con motivo de la agencia de noticias EFE celebrar en nuestro país 50 años de labor, Garea, quien es el presidente de esa prestigiosa empresa noticiosa, respecto al ejercicio del periodismo profesional, nos dejó esta opinión: “ Yo creo en unas redacciones en las que se combine referentes veteranos que conozcan el oficio y sepan cómo se hace este oficio, tengan las técnicas narrativas, etcétera, con periodistas nuevos, jóvenes, que puedan aportar el uso de nuevas tecnologías. Yo creo que el futuro del periodismo en esta crisis que en este momento tenemos y que afecta a medios escritos especialmente. Yo creo que lo que nos sacará es esa combinación de periodistas veteranos con periodistas jóvenes”.
En concreto, ¿qué quiere significar el veterano periodista y gerente de prensa con el citado criterio? Lo interpreto: Que en estos tiempos “de turbulencias del periodismo”, tenemos que triplicar nuestros esfuerzos con el objetivo de que en definitiva no colapse el periodismo.
Que los ejecutivos de medios (directores, jefes de redacción…) obliguen a sus jóvenes redactores y reporteros a que no sean “simplistas” en su trabajo.
Es que la generación del periodismo de ahora, e insisto sobre el tema, tiene que comprender que en la singular etapa del conocimiento, también nuestro noble oficio debe “enrolarse” en tan importante y trascendente segmento del llamado mundo globalizado.
Aunque haya gente que no lo perciba, la sociedad dominicana exige que el periodismo avance en todas sus plataformas.
Además, que sus miembros cumplan a cabalidad con todos sus deberes, incluidos los más puros principios.
Pero también que la ética no se nos vaya del todo. Que tampoco la maledicencia, practicada por los periodistas que violentan los principios, no siga ganando terreno.
Hay que volver a citar esta manida frase: ¡La suerte está echada!.