Dos eventos celebraron dos partidos mayoritarios, la Fuerza del Pueblo en la Plaza de la Bandera y el PRM con su primaria para elegir su candidato presidencial y de otros niveles de elección. La FP llenó la Plaza de la Bandera con una grandiosa y entusiasta participación, a pesar de ser “al testero del sol”, siendo una demostración que constituirá un desafío para los partidos que dicen tener musculatura para ganar en primera vuelta un proceso comicial.
El PRM celebró su primaria bajo el “paraguas” de la JCE, que como “chaperona” miró para otro lado, y en recintos de votación resguardados del sol, con un estrés contagioso de sus dirigentes sudorosos, los que “repartían sobrecitos” con “papeletas” que no eran de “sus bolsillos”, sino de “la vaca nacional”.
La Fuerza del Pueblo mostró su fuerza unificada y cada dirigente desde direcciones de base hasta nacional llevaban a sus afiliados al partido, y cuidaban de que todos fueran traídos y llevados, debidamente hidratados con agua para palear los efectos del sol. Al inicio se vieron subir dos drones para tomar vistas aéreas, pero a pesar de los permisos solicitados, hasta hablando con el Presidente Abinader, fueron “tumbados” para que sólo los del gobierno fotografiaran, para ellos montar la narrativa de que habían espacios vacíos, y era por el compromiso de gramas a respetar. De eso se “ocuparon” a “amigos” pasados de Leonel y “buenos colaboradores” del gobierno.
En cambio, para la primaria del PRM las Fuerzas Armadas fueron acuarteladas como si el evento fuera a su cuidado; para luego los escribidores del gobierno y del PRM decir, y repetido sus “bocinas”, que todo fue exitoso porque no hubo desórdenes.
El evento en la Plaza de la Bandera constituyó la celebración de dos millones, y contando, de afiliados a la Fuerza del Pueblo; los que estaban ahí eran presenciales físicamente, eran de ahí. Los que figuraban en el padrón del PRM se sabe que habían en él personas, incluyéndome, que no éramos de ahí, por eso uno de los aspirantes presidenciales del PRM, que competía en desigual de ventaja frente al Presidente Abinader, calificó de insólito que en el padrón figuraran personas que no se registraron en esa organización.
Y como las palabras en el lenguaje cotidiano las utilizamos como nos gusten o nos parezcan correctas, recurro al diccionario de la Real Academia Española (RAE) para su definición, Insólito: “adj. Raro, extraño, desacostumbrado”.
El dirigente ha utilizado un adjetivo para calificar el extraño padrón de su propio partido porque no es lo que establece la norma jurídica que hemos aprobado los mismos partidos, incluido el PRM, con representación y participación en el Congreso Nacional, de diputados y senadores.
Es decir, lo “insólito”definido como “raro, extraño, desacostumbrado”, es contrariar las normas propias y las mismas que hemos acordado para todos; constituyendo una violación fraudulenta para engañar. Es un delito electoral. Todo para cambiar titulares actuales en funciones públicas, con otros escogidos, ganando sin ganar, o lográndolo precariamente; “como si la fiebre estuviera en la sábana”.
¿Qué se puede esperar? ¡Ha de suponerse! Por eso la primaria del PRM fue una lección sobre su inconducta, porque si se hacen fraude entre ellos ¿qué no harían para torcer la voluntad y expresión legítima y democrático del pueblo?