Peligro en autopistas y carreteras

En carreteras y autopistas de nuestro país es común ver pedazos de gomas de camiones, que se despegan, por su excesivo desgaste, de algunos de esos vehículos pesados, conducidos por personas sin la mínima consciencia.

Eso sucede porque la rotura de la goma, en la mayoría de las ocasiones, no impide la continuación de ese tipo de vehículo hacia su destino, ya que algunos neumáticos funcionan como sustitutos de otros, como medidas de seguridad por una eventualidad de esas unidades pesadas.

Por la irresponsabilidad de un camionero, recientemente mi familia y yo estuvimos a punto de tener un accidente en la Autovía del Este, cuando un vehículo que iba delante del nuestro lanzó del pavimento un pedazo de una goma que golpeó un guardalodo de mi automóvil.

Gracias a Dios que ese objeto no chocó en el vidrio delantero ni se enredó en una goma, y pude mantener el control. Solo provocó daños menores en el guardalodo derecho de mi vehículo.

Eventos como ese se repiten a diario en nuestras vías interurbanas, principalmente, por la irresponsabilidad de conductores y propietarios de esas unidades, así como por la falta de supervisión de las autoridades, que deben velar por las buenas condiciones de los vehículos, y principalmente de los pesados, por la seguridad de todos los transeúntes.

Otra violación de los vehículos de cargas que se puede observar a simple vista es la sobrecarga, principalmente de los camiones más pequeños, lo cual puede dificultar el frenado y la estabilidad de esas unidades de transporte.

El Instituto Nacional de Transporte Terrestre (Intrant) está en la obligación, con la utilización de técnicos y el auxilio de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), de hacer cumplir las disposiciones sobre las buenas condiciones de los vehículos establecidas en la Ley 63-17 sobre Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, para evitar y reducir los accidentes de tránsito, en los cuales somos uno de los países lideres del Mundo, lamentablemente.