A todos los que nos ha tocado presidir el Conep, resulta una tarea obligatoria ser orador del almuerzo de la Cámara Americana de Comercio (AMCHAM), que sin duda es la plataforma por excelencia del sector empresarial para exponer sus sueños, sus logros y hasta sus frustraciones.
Lo primero, es felicitar al amigo Pedro Brache por la calidad de la exposición y la amplitud de los temas tratados, todos de importancia capital para el desarrollo presente y futuro de los dominicanos.
Me encantó el ejemplo del economista que decía que nuestra economía se podía revolucionar con un clavo y Pedro decía las veces que ha intentado resolver los problemas que como economista o carpintero nos ha tocado a los empresarios resolver los entuertos. Cuánto bien le haría al país si se tomara un sabático de veinte años.
La relación con el gobierno tiene que ser armónica, a veces difícil, pero siempre juntos buscando resolver los enormes problemas del país, que no son responsabilidad de una administración de cuatro años y que su solución tiene que ser del consenso de todos los sectores y para las próximas generaciones.
Sin dudas, como bien afirma el presidente del CONEP, enfrentamos una sociedad diferente donde la tecnología cambia de forma tan acelerada que muchas veces resulta difícil darle seguimiento.
Pero más importante que la tecnología, es la gente. Steve Jobs decía “La tecnología no es nada. Lo importante es que tengas fe en la gente, que sean básicamente buenas e inteligentes, y si les das herramientas, harán cosas maravillosas con ellas”.
Aquí viene lo de la educación, no sólo es necesario construir planteles que de por sí es un gran aporte, hay que darle las herramientas a nuestros jóvenes para una educación de calidad que nos permita ganarle a Brasil en la producción de guayabas por hectárea, y que nuestro sector industrial encuentre los mecanismos para desarrollarse, con incentivos cuando sea necesario, pero los mismos no pueden ser eternos; con profesionales de calidad, fruto de profesores conscientes de que vivimos en mundo diferente donde competimos unos con otros y que estos profesores sean remunerados por su capacidad intelectual y no por su habilidad de hacer huelgas.
Haití es sin dudas un importante socio comercial, nuestra proximidad no puede ser de otra forma, que las exportaciones estén reduciéndose es preocupante, pero es una tarea pendiente del gobierno y del sector privado, procurando reglas más claras que beneficien ambas naciones, que como hermanos siameses separados con éxito, debemos crecer juntos para beneficio de nuestras dos naciones.
Como bien dice Pedro, vivimos un mundo inestable; un caos en Venezuela; un desequilibrado en Corea del Norte que amenaza la estabilidad mundial; Puerto Rico se ha declarado en quiebra y la sociedad norteamericana más dividida que nunca.
Con toda razón dice que estamos obligados a dar un salto cualitativo, para esto es necesario que nuestros dirigentes entiendan que de no hacerlo simplemente nos quedamos atrás.
Nuestra economía crece mucho más que otras de la región, pero sin ese salto que Pedro, con toda razón propone; es posible que un día despertemos con otra realidad.
Nuestros niveles de pobreza son indicativo de la necesidad de dar ese cambio, no es imposible mantener las diferencias abismales de nuestros conciudadanos, torres de lujo, carros costosos, restaurantes repletos, frente a chozas donde el nivel de hacinamiento es una de las razones de que nuestras jóvenes queden embarazadas a edades a las cuales ni físicamente ni mentalmente están preparadas y mucho menos económicamente.
Para combatir la pobreza es necesario el trípode que significa gobierno, sector privado y academia. Otros países que no exhiben el crecimiento macroeconómico que nosotros han logrado mejores niveles de vida, gracias a que han entendido la importancia de esta relación.
Con un gran ejemplo personal, Brache habla de la honestidad, la importancia que la familia sea el ejemplo de que los recursos de otros se respetan. Eso me trajo a la memoria que cuando fui vicepresidente de CDEEE, se detectó un importante fraude en una plaza comercial. Su presidente, que a la vez tenía tiendas me reclamó que cómo era posible que ellos siendo un cliente tan grande le cobráramos por haber estado unos días sin pagar. Mi respuesta fue “soy un cliente importante de tu tienda, puedo pasar y tomar parte de tu mercancía sin pagar”. No hubo respuesta.
Los crímenes que se han sucedido en estos días, especialmente el de Emely Peguero, son una señal clara de la descomposición de la familia, se perdieron dos vidas y los involucrados son muchos, un indicativo claro del deterioro de los valores cristianos y familiares.
Quiero terminar felicitando a Pedro Brache por dejar al empresariado y al gobierno un mensaje positivo, con tareas y retos por cumplir. El pacto eléctrico, del cual él tiene mucha ilusión, yo no tengo tanta hasta tanto no se despolitice el sector y el necesario pacto fiscal. Dos pilares importantes del gobierno y necesarios para ese desarrollo con equilibrio que todos necesitamos.
Para terminar, copio un párrafo que me parece resume con toda propiedad un interesante mensaje de lo que todos somos responsables, políticos, empresarios y académicos, “Sin embargo, lejos de ser conformistas, debemos ser realistas. Debemos reconocer los retos globales que enfrentamos y las reformas estructurales que necesitamos. No debemos temer a un cambio de paradigmas, y debemos abrir la mente a las ideas que nos permitan construir la República Dominicana del futuro”.
El miércoles cuando salga este artículo, podremos estar enfrentando un huracán extremadamente peligroso, pedimos a Dios que de ocurrir, nos afecte lo menos posible, pero en menor medida a los que menos tienen.