En 2011, el Gobierno dominicano, con financiamiento del BID, y el sector privado toman la decisión de invertir US$131.5 millones durante los próximos años. En 2019, el BID aprueba un nuevo financiamiento por US$90 millones. El año pasado, el Gobierno aportó otros US$5 millones y RD$160 millones para la restauración y remodelación de la Iglesia de Santa Bárbara. En total, US$230 millones han sido invertidos por el Gobierno y el sector privado en la ejecución de las dos fases del Programa Integral de Desarrollo Turístico y Urbano de la Ciudad Colonial.
La belleza, la magia y el atractivo de la Ciudad Colonial han comenzado a brotar con esta trascendental y visionaria alianza público-privada. El soterramiento de cables; la ampliación de aceras y el consecuente estrechamiento de las calles; la rehabilitación y embellecimiento de fachadas de casas históricas; la iluminación de los espacios públicos y las calles con réplicas del siglo XVI; el rediseño de rutas turísticas; el fortalecimiento del sistema de seguridad y vigilancia de la zona, son algunas de las intervenciones de la primera fase del programa. La segunda fase incluye la revitalización de edificios patrimoniales y espacios públicos de la Ciudad Colonial, incluyendo el Convento de San Francisco, la Ribera del Ozama-Proyecto Parque Lineal, los museos del Alcázar de Colón, de las Casas Reales, de la Fortaleza de Santo Domingo, y de la Catedral, entre otros. Se mejorará el sistema de suministro de agua, drenaje pluvial, alcantarillado, cableado eléctrico y de telecomunicaciones; se realizarán actividades de pavimentación, iluminación, señalización, paisajismo y construcción de estacionamientos, entre otros.
La visión que ha plasmado el Estado dominicano con el apoyo del BID, ha inducido un considerable flujo de inversión privada nacional y extranjera en la Zona Colonial. Las espectaculares Casas del XVI (21 habitaciones), miembro de Small Luxury Hotels of the World, un valioso emprendimiento de la familia Vicini en el sector de hotelería de lujo; el Hostal Nicolás de Ovando (92) y el Hotel Francés (19), operados por Hodelpa; Hotel Billini (24); Luca Hotel by The Oxo House (11); Colonial 154 (8); Boutique Hotel Palacio (45); El Beaterio Casa Museo (11); Hotel Villa Colonial (11), y Casa Pantheon Luxury Colonial House (4), entre otros, constituyen una muestra de los cientos de habitaciones hoteleras que ofrece la Ciudad Colonial. A estas ha seguido una creciente inversión en bares y restaurantes de calidad.
Otra alianza público-privada, íntimamente relacionada con la anterior, se ha trazado la meta de limpiar el río Ozama. Durante décadas el Gobierno ha realizado intentos esporádicos para el saneamiento del Ozama. En 2019 vimos a Waste Free Oceans y al MEPyD firmar un convenio de cooperación para la elaboración de un proyecto para su limpieza. Observamos también el programa de la Comisión Presidencial para la rehabilitación, saneamiento y uso sostenible de las cuencas de los ríos Ozama e Isabela. Este programa incluyó la donación de The Ocean Cleanup del Interceptor 004, embarcación con capacidad para interceptar los plásticos en el Ozama e impedir que lleguen al Mar Caribe; anuncios de acciones para incrementar la velocidad de flujo de la corriente del río, mediante la extracción de plantas acuáticas; puesta de un funcionamiento de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales La Zurza, para tratar agua contaminada y devolverla limpia al caudal del río; saneamiento pluvial y sanitario en el 70% las cañadas priorizadas que desembocan en el Ozama y el Isabela; y requerimientos gubernamentales para que las empresas instaladas en la cuenca dispongan de sistemas de tratamiento y cesen el vertido de residuos contaminantes a los ríos. Entre 1970 y 2014, se anunciaron, a bombo y platillos, 13 proyectos para limpiar o sanear el Ozama, con una inversión total, en pesos de 2020, de RD$87,600 millones. La mayor parte quedó en anuncios. El Ozama cada vez está más sucio y contaminado.
Todo el esfuerzo anterior podría desvanecerse si el Estado dominicano no logra el traslado de plantas de generación de electricidad que operan sobre barcazas en la ribera occidental del Ozama y prohíbe la instalación de nuevas plantas en esa geografía. El 13 de marzo del 2017, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARENA) suspendió la renovación de la licencia ambiental a la empresa generadora que opera la barcaza Estrella del Mar II, ubicada en la margen occidental del río Ozama, ordenando el traslado de la barcaza. El MARENA se comprometió a ofrecer todas las facilidades necesarias y, otorgó un plazo de 6 meses para el traslado a otro lugar de menos riesgo y contaminación.
La barcaza Estrella del Mar II, es una planta de generación dual-fuel; puede operar con gas natural y fuel-oil #6. Para justificar su decisión, MARENA señaló que dicha planta de generación representa un riesgo potencial de contaminación por hidrocarburos durante el trasiego de combustible y aceites lubricantes en las operaciones rutinarias. Indicó que la presencia de la planta en dicho lugar representa otro riesgo potencial de contaminación en el orden térmico, producto de la captación del agua del río para enfriamiento a través de intercambiadores de calor, agua que luego es vertida en el río a una temperatura más alta. Al ser una planta dual-fuel, cuando el precio del fuel-oil #6 por MM/Btu cae por debajo del precio del gas natural, la planta es operada con fuel, un combustible más contaminante que el gas. No han sido pocas las veces que las chimeneas de esta generadora, localizada a una distancia aérea de mil metros de la Zona Colonial, vierten humo blanco-grisáceo que durante la noche fluye en dirección norte-sur hacia la Ciudad Colonial. Durante el día, el humo fluye en dirección sur-norte hacia Nuevo Domingo Savio (1.6 kms) y La Barquita (4.7 kms). Aún cuando utiliza gas natural, Estrella del Mar II genera 719 toneladas métricas de CO2 por megavatio hora, según las estimaciones realizadas por CDEEE para el 2018.
Por razones desconocidas, al día de hoy, la barcaza permanece en el mismo lugar. Las dependencias del Gobierno que ejecutan los programas de saneamiento del Ozama y de desarrollo turístico de la Ciudad Colonial (MINPRE, MARENA y MITUR) deberían acordar con la empresa generadora el traslado de Estrella del Mar II. Está claro que dicho traslado tiene implicaciones económicas. En caso de que la decisión oficial violente derechos adquiridos del inversionista privado, el Estado debería asumir una parte de los costos.
Lo incomprensible, sin embargo, no es la lentitud del traslado de Estrella del Mar II. Lo realmente alarmante es que el pasado 16 de noviembre del 2020, la Superintendencia de Electricidad (SIE) publicó un aviso en la prensa sobre la recepción de una solicitud de concesión definitiva para otra barcaza de 150 MW que se ubicaría en la margen occidental del Río Ozama, al lado de donde se encuentra Estrella del Mar II. La SIE, en su aviso, invita a los inversionistas privados interesados en ejecutar un proyecto similar a manifestar su interés. Desconocemos la opinión del MINPRE, el MARENA y el MITUR sobre al aviso de la SIE. Si la decisión del gobierno es utilizar la margen occidental del Ozama como parque de generación de electricidad, olvidémonos del saneamiento del Ozama y del desarrollo turístico de la Ciudad Colonial. Estoy seguro que Lisandro Macarrulla, Orlando Jorge Mera y David Collado no apoyan la idea de crear el Parque de Generación del Ozama.