Tan pronto abres un medio, digital o impreso, así como ingreses a las redes, te encuentras con un episodio de violencia ejecutado donde hay como protagonista un joven que no pasa de 20 años, a veces hasta menor de edad. Es tema central y pregunta de la gran mayoría de familias nuestras “¿Qué está pasando con ellos?”, “¿cuál es la incidencia directa para que en las escuelas públicas y calles de nuestro país ocurran acciones tan brutales a manos de estos?”, “¿qué se va a hacer para evitarlo?”, “¿cuáles medidas van a tomar las autoridades correspondientes?”, entre tantos otros cuestionamientos.
Paradójicamente a todo esto, quiero resaltar esta semana, y que son los más, nuestro jóvenes con impulso de echar hacia adelante, que se trasladan de un lugar a otro, haciendo esfuerzos para llegar a una escuela, universidad, trabajo para costearse sus estudios, como en ocasiones me ha tocado vivenciar, que lavan carros, hacen servicio a domicilio, dan servicio de taxi, y lo que sea honrado para lograr sus sueños de llegar a ser hombres y mujeres profesionales, rompiendo todo obstáculo encontrado en el camino. Son muchos aquellos que han podido lograr y siguen caminado en línea correcta, aun bombardeados por todo lo que hoy en nuestra sociedad que daña y perjudica de manera muy especial a nuestra juventud.
Seguir apostando a encaminar el futuro de nuestra nación con miras a todos ellos como relevo de los que hoy somos más adultos, tiene que ser el timón principal que permita enfocarnos unánimes al rescate de lo que se ha perdido, y mantener lo que aun tenemos en comparación (y no me gusta comparar) con lo que en grandes naciones se ha perdido, que es conservación íntegra del núcleo familiar.
Parece simple atreverse cada semana, como lo que hacemos desde este medio, tratar de llevar, más que opiniones, alternativas para defender a como dé lugar los hogares dominicanos, los cuales aun con todas las amenazas citadas, queremos juntos preservar lo más sanos posible. Cuanta más salud haya dentro de la familia, lo que solo se logra con posturas firmes donde siempre debe haber una cabeza de autoridad, normas claras sobre la educación de los hijos, y lo que es base de todo amor y respeto entre sus miembros, más seguro tenemos de una sociedad saneada, sostenida en valores, y aun, por mucho que veamos, todavía estamos a tiempo, y mejor que muchas naciones que todos vemos por el descuido este su núcleo.
Exhortamos a no cansarnos, mantenernos juntos de la mano como responsables todos para un mejor país.