Tenía otro tema para esta semana y estaba a punto de enviarlo al periódico, pero la decisión del alcalde David Collado, de limitar el horario de tránsito de los vehículos pesados, de doce de la noche a doce de la mañana por la avenida George Washington, y peor aún, haber incluido la limitación desde la Abraham Lincoln hasta la Avenida del Puerto, cuando el acuerdo original era iniciando desde la Av. Máximo Gómez, originó la carta que con toda razón enviara Circe Almánzar, vicepresidenta ejecutiva de la AIRD, y la reacción por Twitter de muchos de mis seguidores; entiendo necesario aclarar algunos temas.
Siempre los empresarios somos centro de crítica, no importa lo que hagamos. Es más fácil criticar a un empresario, que genera empleos, que trabaja 365 días del año, paga impuestos; que a un vago que se ha ganado un dinero que no puede justificar.
Sin dudas todos debemos cooperar en el embellecimiento de lo que es un tesoro no sólo turístico, sino para disfrute de todos los ciudadanos como lo es el malecón. Las nuevas generaciones no tienen idea que hace muchos años cuando teníamos una ciudad pequeña y pocos centros de diversiones, los domingos el paseo obligado era el malecón.
El tránsito de camiones siempre ha sido un deseo de todos de sacarlo del malecón, empezando por los empresarios del turismo y los que no lo son.
Lo primero a tener en cuenta es que el problema del tránsito no es sólo de los camiones, es un componente y tanto Fenatrado como los empresarios que tenemos flotillas de vehículos trabajamos juntos, especialmente en los últimos tiempos, para mejorar la forma de conducir de nuestros choferes. El Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional ha jugado un papel importante en la educación de los choferes, sobre cómo respetar las leyes de tránsito y entender que tienen en sus manos un vehículo, que no sólo por la carga que transporta sino por el tamaño del mismo, tienen en sus manos una enorme responsabilidad.
Un horario de doce de la noche a doce de la mañana es desconocer el volumen de carga que sale de nuestros puertos, nuestras aduanas son muy eficientes, pero ni ellos ni nosotros podremos manejar la cantidad de contenedores en el horario que se ha dispuesto.
Más aún ¿se ha pensado el peligro que choferes que no tienen la facilidad de dormir de día, tengan que trabajar a esas horas de la noche? ¿Cuál será el impacto en accidentes?
Muchas personas están confundidas con la excelente obra que es la circunvalación. La misma ha reducido los enormes taponamientos para todos los que vienen del Cibao, ha hecho los viajes más cortos desde los puertos de Haina y las provincias del norte, pero aún la conexión hasta el Puerto de Caucedo no ha sido terminada.
Es una obra que no tenemos duda el Gobierno terminará, pero son muchas las necesidades y prioridades y hay que dar tiempo para extender esta importantísima obra, que ya ha generado efectos muy positivos.
Algunos de mis seguidores en Twitter hablaban de reducir el peso de la carga, eso se hace en todos los países, pero no a seis toneladas como proponía uno, ya que los contenedores son de veinte toneladas. Lo que en países organizados se hace, y lo he comprobado en Centroamérica, es que no se permite pasar de ese peso, no por congestión del tránsito, sino para evitar daños a las avenidas y carreteras y las violaciones se multan fuertemente.
El sector turístico, promotor de esta medida, debía estar más preocupado por el caos del tránsito y no por el tránsito de camiones por ciertas avenidas. No son pocos los turistas que me han hablado sobre el temor que tienen de cómo se conduce en el país, el terror a las guaguas, a los vehículos del transporte público, a todos los que conducen sin respetar semáforos, calles de una vía, en costosos o añejos vehículos, es una desobediencia general a las más elementales normas del tránsito. Pocos me han mencionado camiones, que tampoco están exentos a las barbaridades de lo que vivimos a diario en nuestras calles.
Esta medida aumenta costos y riesgos; embotella puertos y creará escasez y desabastecimiento. Tenemos un alcalde que escucha, que sin duda quiere, como todos, una ciudad mejor. Pero esta medida, tengo la seguridad que junto con el CONEP y la AIRD, la revisará y podrá ser puesta en marcha tan pronto se termine la importante obra muy avanzada de la circunvalación.
¿Por qué no trabajar en regular el caos de los colegios; de los edificios sin estacionamientos; las violaciones en áreas residenciales donde se instalan salones de fiestas, bares, que no dejan dormir; violaciones constantes del uso de suelo frente a una indiferencia que hace difícil la convivencia. No son sólo los camiones, es un conjunto de acciones que todos debemos asumir y apoyar a las autoridades y estas a su vez hacer respetar las ordenanzas municipales?
Mientras tanto, apoyemos a las autoridades del Transporte Metropolitano para regular y ordenar el tránsito, esto tendrá un efecto mucho más positivo sobre el turismo que lo que se pretende ahora.