Aveces la mudez tiene más fuerza que el sonido de la palabra.
Observo que gente del entorno de Omar Fernández, activo senador por el partido Fuerza del Pueblo, no opina respecto a declaraciones publicadas en los medios y en las que alientan al joven congresista a ser aspirante a la Presidencia de la República en las elecciones del 2028.
Sí, allegados a Omar, entre ellos consejeros (o asesores) prefieren hablar (¿?) con la mudez para evitar zaherir la epidermis del propio senador y, tal vez, que no crean que quieren atascar algún ímpetu de aspiración presidencial del talentoso hijo del expresidente Leonel Fernández.
Sin embargo, en beneficio de Omar Fernández, es casi seguro que él no les hará caso a quienes, sin conocer lo certero y científico de la política, querrán llevarlo por un sendero electoral equivocado.
Aunque este criterio sea calificado como “exagerado”, llevar a Omar Fernández por un tortuoso camino, que si finalmente decide trillarlo, podría ocasionar ver frenado su futuro político. ¡Un futuro político que por el momento se nota positivo!
Domingo Contreras, quien no ha tenido “suerte” en proyectos políticos -su más reciente fracaso ocurrió en las pasadas elecciones municipales después de caer derrotado como candidato a la alcaldía de la capital- sorprendió al espectro político del país tras anunciar la formación de un llamado “frente social” en respaldo a una eventual candidatura presidencial de Omar.
Ese proyecto es una estupidez que podría ocasionar una confrontación política a lo interno de la Fuerza del Pueblo -aunque sin proponérselo- y, a la vez, entre padre e hijo.
Contreras, quien recientemente renunció al Partido de la Liberación Dominicana, tiene que actuar como los sabios: reconocer errores.
Está en su obligación rectificar y evitar que su carrera política se vaya por la borda.
Directamente Omar no se ha referido a la locura de Domingo Contreras, pero tuvo esta reacción: “En el 2028, no sé qué va a suceder. Yo estoy ahora en política, pero como todo en la vida, uno propone y Dios dispone. Al final será lo que él entienda, pero en todo caso el reto que tengo hoy como senador es hacerlo bien en favor de los capitaleños”.
En el barrio San Carlos, durante mi vida de muchacho, escuchaba esta frase: “La ambición rompe el saco”.
En béisbol se dice que el pelotero, cuando conecta un batazo, no puede correr más que la bola, ¡porque le hacen out!
Advertencia: Omar Fernández no puede correr más que el tiempo, sino esperar que el mismo tiempo determine cuál es el camino que debe trillar en el presente convulsionado panorama político nacional.