República Dominicana está en un punto importante en su desarrollo económico, y la logística es un sector clave que promete transformar la economía del país y darle vigorosidad.

El director de Aduanas, Eduardo Sanz Lovatón, ha llegado a definir la logística como el “oro” del futuro dominicano y un motor económico, así como lo es el turismo. Vamos a anotar esa definición, seguramente vale la pena.

La reciente aprobación de nuevas leyes, como la Ley General de Aduanas y la Ley de Comercio Marítimo, junto con la inminente Ley de Centros Logísticos, apuntan claramente a posicionar al país como un hub logístico estratégico. Más de una persona lo ha dicho, y se repite en múltiples escenarios.

Estas leyes están diseñadas para atraer inversión extranjera, facilitando la creación de centros logísticos que permitirán a empresas ensamblar y distribuir productos desde la República Dominicana. Bueno que esto ocurra.

La importancia de la logística se evidencia en la modernización de las zonas francas del país. Anteriormente enfocadas en la manufactura básica, hoy día se dedican a la producción de alta tecnología y productos especializados, como equipos de robótica y dispositivos médicos. Este cambio no solo refleja una evolución en la capacidad productiva del país, sino también una respuesta a la creciente demanda global por soluciones logísticas eficientes y centralizadas.

Un aspecto destacado de este avance es la conectividad aérea de la República Dominicana. Según datos obtenidos en colaboración con la Cámara Americana de Comercio, el país tiene más conexiones aéreas con Europa que Brasil, y más con Estados Unidos que Chile. Esta conectividad es un activo invaluable en el mundo logístico, que facilita el rápido movimiento de mercancías y posicionando al país como un nodo central en la cadena de suministro global. Pero siempre hay que ir por más.

Además, la aprobación de la ley que regula los centros logísticos promete una “explosión” de inversiones en este sector.

Ha dicho el Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación, a través de su director Daniel Liranzo, y lo ha revalidado el funcionario de Aduanas, que actualmente no hay un solo almacén de zona franca vacío, y grandes compañías globales están estableciendo centros de distribución en el país. Ejemplos de esto son las fábricas que se trasladan de Europa a la República Dominicana, atraídas por las ventajas logísticas y la capacidad marítima del país, que es la tercera mayor de la región.

El Operador Económico Autorizado (OEA) es otra pieza fundamental en este panorama. La certificación OEA, que anteriormente era exclusiva para grandes empresas, se ha extendido a micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme), democratizando el acceso a los beneficios logísticos. A seguir.

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