En República Dominicana, el apoyo a los emprendedores y pequeños empresarios es vital para el desarrollo económico. Este sector es una pieza importante de la economía, en la generación de empleo y en el fomento de la innovación a nivel local.

Sin embargo, el camino hacia el éxito empresarial está plagado de desafíos, especialmente en un entorno donde el tema del acceso al financiamiento a veces no está del todo resuelto y las oportunidades de crecimiento pueden ser esquivas. Los nuevos emprendimientos corren también el riesgo de morir temprano, si no están sobre una base sólida.

Nunca está de más contar con instituciones que ofrezcan respaldo financiero y asesoría técnica para aquellos que desean transformar sus ideas en negocios viables y ponerlos a caminar. No es suficiente con tener una buena idea; se requiere también de recursos y orientación para navegar las complejidades del mercado y sostenerse a largo plazo.

Aquí es donde entran en juego instituciones como el Consejo Nacional de Promoción y Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Promipyme) o cualquier otra agencia pública o privada que sirva de pie de amigo y de espacio de incubación para los emprendedores y las micro, pequeñas y medianas empresas.
En el caso de Promipyme, una noticia importante, difundida esta misma semana, es que desde noviembre de 2023 ha desembolsado RD$3,888.6 millones, una cifra que refleja su compromiso con el sector. ¡Qué bueno!

Aquí la verdadera pregunta es cómo estos fondos se traducen en impacto real para los emprendedores. Siempre que el otorgamiento de créditos a tasas blandas en el mercado vaya directamente a producir más, habrá valido la pena.

La distribución equitativa de estos préstamos es un aspecto esencial. Promipyme ha asignado RD$3,997.1 millones a mujeres, lo cual es un paso importante hacia la equidad de género en el ámbito empresarial y -más allá de eso-, evidencia que desde el ámbito femenino hay iniciativas productivas. Este tipo de apoyo puede empoderar a muchas mujeres que, históricamente, han enfrentado mayores barreras para acceder al financiamiento.

Pero no se trata solo de distribuir dinero. La implementación de tecnologías modernas, como los sistemas ERP y la digitalización de servicios en Promipyme (a partir de lo expresado por la entidad), es una estrategia que busca facilitar el acceso y mejorar la eficiencia operativa de las pequeñas empresas.

Importante resulta que estas innovaciones sean verdaderamente accesibles para todos los emprendedores, independientemente de su nivel de conocimiento tecnológico. La tecnología debe ser una herramienta que potencie (en este caso, eso hace), no una barrera que excluya.

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