Si frecuentemente acusas síntomas de esta variedad: urticaria, angioedema (hinchazón de la piel), dolor abdominal, diarrea, dolor de cabeza, congestión nasal, bronco constricción, hipotensión, arritmias, prurito, entre otros.
Y tu dieta diaria incluye mucha cantidad de los siguientes alimentos: chocolate, fresas, piña, naranja, pomelo, limón, mandarina, lechosa, mango, banano, tomate, espinaca, repollo, lentejas, nueces, almendras, avellanas, maní, cerveza, vino, sidra, champaña, clara de huevo, vinagre balsámico, atún, sardinas, salmón, anchoas, arenque, caviar, pescado seco, productos ahumados, embutidos, jamón y todo tipo de quesos excepto el fresco, podrías tener un cuadro de intolerancia a la histamina o “pseudo alergia alimentaria”.
¿De qué se trata esto? Veamos: La histamina es una de las aminas biógenas, junto con tiramina, tirosina, beta-feniletilamina, triptamina, cadaverina, putrescina, espermidina.
Estas son moléculas que provienen de la reacción química llamada descarboxilación de los aminoácidos, realizada por organismos vivos, las cuales realizan funciones fisiológicas esenciales para los seres vivos. En los seres humanos, están involucradas con la actividad cerebral, regulación de la temperatura corporal, respuesta inmune, ph gástrico, crecimiento celular, entre otras funciones.
Además de las aminas biógenas endógenas, es decir, las que elabora nuestro cuerpo, consumimos éstas a través de los alimentos y en personas determinadas pueden provocar reacciones adversas denominadas “pseudoalergias alimentarias”, muy particularmente la histamina.
La pseudoalergia alimentaria es una reacción adversa a alimentos que son clínicamente similares a una alergia alimentaria pero sin un mecanismo inmunológico involucrado.
Las pseudoalergias alimentarias corresponden a la mayoría de las reacciones adversas a alimentos, tienen una frecuencia 3 a 10 veces superior a las de las reacciones alérgicas.
Aunque provocan los mismos síntomas que las alergias, se diferencian en que la reacción dependen de la dosis, es decir, de la cantidad de la amina en nuestro organismo, y que los síntomas solo llegan a ser leves o moderados, nunca graves (anafilaxis). La dosis necesaria para desencadenar los síntomas dependerá del umbral de tolerancia a la histamina de cada individuo pero se calcula que se necesitan aportes mayores de 200 mg de histamina para producir síntomas leves en personas predispuestas.
La histamina presente solo en un alimento no es suficiente para detonar síntomas; sin embargo si se encuentra en varios alimentos, se acumula en el organismo y desencadena la reacción.
Los alimentos mencionados superan los 20 mg de histamina por porción. Ciertos quesos y el atún pueden contener niveles superiores a 400 mg de histamina.
La intolerancia a la histamina o “pseudoalergia alimentaria” aparece principalmente en personas que presentan una disfunción en la enzima diamino-oxidasa (DAO) o histaminasa, la cual está presente en la mucosa intestinal y es responsable de metabolizar la histamina.
Origen genético, el prolongado consumo de fármacos antihistamínicos (antialérgicos), alto consumo de alcohol y enfermedades inflamatorias intestinales, son los factores más comunes del déficit de DAO.