Hubo acuerdos en el CP, solo que una organización habituada a pensar en voz alta, como excelente ejercicio democrático, donde hay 34 miembros, y solo tres ausentes con excusas, los 31 restantes exponen sus pareceres y, lógicamente, se necesitó de siete horas para ir aprobando los temas sobre la mesa de la Ley de Partidos.
Se vio el financiamiento público de los partidos y se aceptó el 80% en partes iguales para los que obtengan más del 5% de la votación, y el otro 20% en proporción de igualdad para los que obtengan menos del 5%. Se conoció el financiamiento privado y sobre ese punto se llevarán las propuestas a la Comisión Bicameral, ámbito donde se está conociendo el proyecto de Ley, con la participación de los partidos con representación congresional.
Sobre el tema de género se llevó del 33% a 40% la representación de la mujer en las candidaturas congresionales y a 50% a nivel municipal. En cuanto a la dirección nacional partidaria de elección en primarias, propone el 40%; esto significa que el PLD tendrá esa representación en el Comité Central.
Sobre el financiamiento a los partidos, se establece la diferencia pública y privada; y de ésos, los aportes a los precandidatos en las primarias para elegir a los cargos de elección popular. En cuanto a los fondos aportados por el Estado deben ser solo los que se entregan a través de la JCE y sobre los que se rendirán cuentas a ésta, y en página digital debido a que sobre fondos públicos se obliga por leyes como Acceso a la Información y por controles financieros a esos fondos. En este tema se vieron otros aspectos, como los topes.
En cada tema y subtemas, los miembros del CP interesados en abordarlos fueron escuchados para hacer sugerencias. Pensar en voz alta y acercar los criterios y sugerencias es democrático. Entender esas características del PLD parece hacerse difícil para muchos sectores que tienen como referencia el manejo torpe de temas con muchas diferencias y conflictivos.
Las primarias con padrón cerrado o abierto, se dejó para último, no solo porque en el orden del proyecto está así, sino por ser el más espinoso. Cuando se llegó a ese punto se tenía siete horas de debates sobre aquellos temas y se prefirió conocer ese en otra sesión; se fijó para el lunes 2 de octubre. Era evidente, además, cierta complicidad implícita, no hablada, que eso era lo preferido, sino en todos, casi en todos.
Definitivamente, en los medios de comunicación se aprecia cierta frustración “porque la sangre no llegó al río”. Los mismos reporteros y periodistas sufren más estrés que cualquier otro, porque esperan un ruido, con disgustos en voz alta y rompimientos, para hacer su noticia. Pero cuando no oyen voces altas ni resultados ruidosos, en vez de celebrar una fiesta de la democracia y un ejercicio civilizado de la política, se muestran decepcionados. Y es que antes, creyendo al PLD igual a otros referentes se equivocan y siembran en el imaginario de todos esa percepción.
Pero el CP tiene sentido de cuerpo; es decir, se expresan las ideas y se piensa en voz alta. Los periodistas, los demás partidos y sectores de opinión deben convencerse de que el PLD es otra cosa.