La pasada semana un hecho en el que una joven resultó herida destapó nuevamente la necesidad de que las autoridades cumplan con sus funciones. En julio de 2017, el Concejo de Regidores del Distrito Nacional aprobó la resolución 17-2017 que ordena el retiro de los limpiavidrios de las calles y avenidas de la ciudad.
La gente se pregunta, ¿a quién le corresponde sacar a los limpiavidrios de las calles? Las autoridades evaden las responsabilidades sin entender que es una situación que nos ha costado mucho, incluso, vidas. ¿Acaso no saben las autoridades que están facultadas para actuar o buscar una solución?
Este problema nos afecta desde que tengo uso de razón, aunque ahora ha empeorado, incluyendo que tenemos más buhoneros en las esquinas. Situaciones que tan solo con voluntad y firmeza se pueden resolver.
Este trabajo de recuperar las esquinas, para que sea eficaz y contundente debe involucrar al Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), la Dirección General de Seguridad del Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), además de la Policía Nacional y el Ayuntamiento del Distrito Nacional. Debe existir una mirada integral del tema, en 2017 se logró sacar algunos de esos jovencitos de las calles y emplearlos, pero tal vez faltó supervisión y acompañamiento para evaluar su progreso y que no volvieran a las esquinas a pedir y también a limpiar vidrios o a los vicios o simplemente a delinquir.
Toda regla tiene sus excepciones, en la esquina de la avenida Charles Sumner con Winston Churchill hay un joven que no debe pasar de los 18 años, aunque no lo crean, es la excepción entre los limpiavidrios.
Te hace una seña con cuidado para saber si quieres su servicio y de no requerirlo, se va con sonrisa en labios. Siempre está bien vestido, con camisa manga larga y una gorra para cuidarse del sol, es respetuoso. Cada vez que lo veo me pregunto por qué sigue aferrándose a unas “limosnas” y no se arriesga a conseguir un trabajo formal que le permita crecer en todos los órdenes, cuando tiene toda una vida por delante. Este tema se percibe sin mucha relevancia, tal vez por eso aún no lo resuelven. Nuestras autoridades no se imaginan cómo agradecerá la ciudadanía cuando pueda transitar por las calles sin ataques de ansiedad al exponerse a estos personajes que han demostrado ser más peligrosos de lo que simplemente aparentan.