Siempre constituye un excelente manjar académico un debate con polemistas que argumenten en un marco conceptual. Con frecuencia esos polemistas desmontan con elegancia mentiras o simulaciones, sin calificarlas directamente. Una profesora de medicina comentaba, en un coloquio amistoso que ella aprendió, siendo pasante, que en el sur profundo se saca una verdad diciendo una mentira. Alguien agregó que también se desmonta lo que se ve, y se demuestra, sin decirlo, lo que no se ve.
Esto ha ocurrido con el artículo publicado esta semana pasada por Nassef Perdomo, bajo el título “Reforma y Ministerio Público”. Como polemista bien formado sobre los temas constitucionales, mantuvo un rigor académico y desmontó los argumentos para la reforma constitucional, para dejar desnudo, a la inteligencia del lector, lo que no se ve en ese propósito.
Desde el principio invita al lector a “verificar si las reformas propuestas favorecen la independencia del Ministerio Público.” Empieza por afirmar que llamarle “Fiscal General” al procurador “no quita ni pone nada a la institucionalidad de esa entidad” ¡Y sin dudas, tiene toda la razón!
A continuación, desmonta hierba mala que confunde el trillo para decir: Se “propone modificar el artículo 171 constitucional para que el nombramiento del procurador general y sus adjuntos se haga de acuerdo con una ley. Pero hay dos problemas -sigue diciendo- con esto. En primer lugar, esa ley no existe, y lo propuesto implica, simple y llanamente, sacar la ‘independencia’ del Ministerio Público del ámbito constitucional para llevarla al de una ley que habrá de redactar y aprobar. Eso es un retroceso”.
En ese momento, el jurista le pone una banderilla al decir: La “Constitución actual prevé que la mitad de los adjuntos sea de carrera, esto es eliminado y, nuevamente, se deja a ‘la ley’. Sin dejarnos coger aire, advierte: “Hay algo peor, el proyecto establece, que una vez designados, el procurador general y sus adjuntos tendrán inmovilidad durante seis años. Pero en una de las ‘disposiciones transitorias’ establece que hasta tanto se apruebe el nuevo estatuto del Ministerio Público, éstos pueden ser nombrados directamente por el presidente…”
Sus argumentos los sintetiza diciendo que: “Claro que puede y debe discutirse la independencia del Ministerio Público, pero sacar sus reglas del ámbito constitucional para mandarlas al legal no es fortalecerlo, sino debilitarlo”. De inmediato agrega: “Resulta extraño que uno de los puntos débiles del proyecto se promueva como uno de sus ejes justificadores fundamentales”.
El jurista Nassef Perdomo ha despejado lo que se ve; puede que no quisiera ser crudo y no menciona lo que no se ve de la reforma constitucional propuesta. Pero ha invalidado lo que se ve y dejado al descubierto lo que no se ve, y si rememoramos sobre aquellas recomendaciones del profesor Juan Bosch, sabremos cuidarnos de lo que no se ve, que con frecuencia es más importante que lo que se ve.
¿Y qué es lo que no se ve? Que la reforma a la Constitución no es lo que dicen, es lo que no dicen: Abinader y el PRM no les ganan a Leonel y a la FP las elecciones del 2024 con el 50%+. Muestran desesperación ante la caída vertiginosa que lleva el gobierno y su presidente; pretenden bajar el porcentaje a 40% ¡Podría ser peor!